Nuria Oliver Directora global en ciencia de datos de Vodafone  

La IA (inteligencia artificial) está sin duda en el corazón de la 4RI (4ª revolución industrial), y es una de las áreas de mayor potencial para la sociedad.

La IA es una disciplina dentro de la ingeniería o de la informática cuyo objetivo es hacer sistemas no biológicos que sean inteligentes, y donde se toma como referencia la inteligencia humana. ¿Cómo es posible que podamos hablar al móvil y que el móvil nos entienda? Eso es un sistema de IA. Entonces casi la pregunta es: ¿dónde no está? Más allá de las aplicaciones comerciales, el impacto positivo que puede tener en la sociedad es inmenso, por ejemplo, en el campo de la salud. No vamos a tener una medicina de precisión, es decir, personalizada, predictiva, sin utilizar la IA; por ejemplo, no podemos procesar el genoma sin utilizar algoritmos de IA.

Hoy día se está produciendo una revolución en el análisis automático de pruebas radiológicas. Un humano, en su vida entera, puede ver, quizá, cien mil radiografías; pero a un sistema de IA lo puedes entrenar con todas las radiografías del mundo...; por eso, los algoritmos pueden decidir mejor qué tratamiento se me aplica. Y pueden decidir mejor también si se me da un trabajo o no, una beca o no.

Tenemos que entender por qué delegaríamos en un algoritmo estas decisiones, y qué limitaciones pueden tener. Todos sabemos que las decisiones humanas no son perfectas. Los humanos tenemos conflictos de interés, tenemos sesgos, somos susceptibles de corrupción, somos egoístas... en fin, tenemos muchas limitaciones. La idea es que, si tenemos algoritmos que entrenamos con datos, y si los datos son un reflejo neutro no sesgado de la evidencia, de lo que está pasando en el mundo, los algoritmos podrían decidir mejor que los humanos.

Pero las decisiones algorítmicas basadas en datos todavía no son tan buenas como nos gustaría que fueran, por ejemplo: si los datos están sesgados, el algoritmo aprende lo que le enseñes; tú le enseñas datos sesgados, pues aprende sesgos, que es lo que ha ocurrido con el programa que utilizaban los jueces estadounidenses para ayudarse para determinar la probabilidad de que un preso volviera a cometer un delito o no; los datos estaban sesgados y el algoritmo atribuía mucha más probabilidad de delinquir a los hombres afroamericanos que a los blancos...

Todos los estudios anticipan una transformación radical en la que se van a destruir millones de puestos de trabajo, pero se van a crear muchos más millones de trabajo. El Foro Económico Mundial anticipa que habrá una creación neta de 58 millones de empleos. Lo importante es entender que esos 58 millones de trabajos nuevos, van a ser radicalmente diferentes de los puestos destruidos. Y no hay suficiente gente joven que se esté preparando para ocuparlos. Confundimos usar tecnología y no poder vivir sin ella, con entender cómo funciona... El hecho de que la inmensa mayoría de los jóvenes o niños sepan pulsar unos iconos en un teléfono o una tableta, no los convierte en el próximo Steven Job... Propongo se incorpore una asignatura troncal de «pensamiento computacional»; en sus primeras fases ni siquiera necesitas computadores para enseñarla. Tiene 5 áreas que cualquier niño o adolescente del siglo XXI debería dominar: 1) Pensamiento algorítmico, 2) Datos, 3) Redes, 4) Programación, 5) Hardware y electrónica.

Tenemos asimetría, porque quien tiene datos y capacidad de computación, puede generar estos sistemas tan sofisticados y tan potentes, pero quien no tiene datos y capacidad de computación, no puede. Sí, interaccionamos constantemente con algoritmos, que tienen el potencial de conocernos, incluso mejor que nosotros mismos. ¿Realmente estamos siendo autónomos en las decisiones que tomamos? Hay casos, por ejemplo, en el contexto de las elecciones últimas estadounidenses, o en el del Brexit, en los que ese principio de autonomía puede haberse visto violado, porque se ha influenciado subliminalmente a personas indecisas hacia una determinada dirección del voto.... La IA es una oportunidad para mejorar la sociedad, incluso para sobrevivir como especie. Pero tenemos que prepararnos y formarnos, para evitar los riesgos que también conlleva.