Carta de petición de perdón de los franciscanos al Pueblo Negro
Carta de petición de perdón
de los Franciscanos al Pueblo Negro
Esta histórica petición de perdón fue una resolución del Capítulo de la Provincia Franciscana del Norte y Nordeste de Brasil (1988), en Ipuarana, Paraíba. Se convertirá en realidad en la medida en que cada uno hiciere una profunda revisión de su actitud ante el pueblo negro y contribuya también con la revisión y conversión de las estructuras de la vida religiosa y de la Iglesia.
Nosotros, franciscanos del Norte y Nordeste de Brasil, reunidos en Asamblea regional, asumimos como uno de los temas especiales de nuestra revisión de vida y de nuestro proyecto de acción el siguiente: «El negro oprimido en busca de liberación».
A partir de esta revisión y de este proyecto, nosotros, franciscanos, queremos dirigir un mensaje especial a todos nuestros hermanos negros: a los que como nosotros creen en el mismo Cristo y forman parte de la misma Iglesia, y a todos los hermanos negros de la fraternidad humana.
Queremos en primer lugar confesar, en actitud de sinceridad evangélica, el pecado histórico de nuestros hermanos franciscanos del pasado, por la convivencia con el sistema inhumano de esclavitud, así como nuestra culpa personal por omisión o connivencia con un pecado colectivo, que oprime y discrimina a los negros.
Pero queremos también, por amor a la verdad, reconocer que hubo siempre en la fraternidad franciscana, en su caminar histórico hasta los días de hoy, voces proféticas que cuestionaron o protestaron contra la opresión inhumana causada al Pueblo Negro.
Nuestra reflexión sobre la opresión histórica causada a los negros nos ha hecho adquirir un conocimiento más profundo del doloroso «Via Crucis» de este pueblo en el pasado esclavista, via crucis que continúa en la actualidad mediante formas más sutiles de nueva servidumbre y en formas variadas de discriminación.
Ante todo esto, queremos dirigir este mensaje de solidaridad con la Causa liberadora de los negros, y hacer público nuestro propósito de asociarnos a la lucha de nuestros hermanos negros contra toda forma de opresión y discriminación, tanto en la sociedad como en la Iglesia misma.
Nos proponemos hacer todo lo posible para que nuestra sociedad brasileña tome conciencia de la situación opresora y discriminante en que viven los negros. Echaremos mano de todos los medios posibles para la concretización de una nueva sociedad, donde todos los hermanos, según el plan de Dios, tengan voz y vez.
Todo esto lo hacemos inspirados en nuestro hermano Francisco de Asís, que nos enseña la solidaridad y el amor a todos los hombres, sobre todo a los puestos al margen del camino de la vida, viendo en ellos hermanos e hijos del mismo Padre que está en los cielos.