Curemos las heridas del pasado. Reconciliación

Curemos
las heridas del pasado.
Reconciliación y aceptación de la verdad


Curemos ya las heridas del pasado. Los pueblos indígenas no queremos cargar por siempre en nuestro espíritu el dolor de los crímenes cometidos contra nuestros antepasados. Es urgente hoy una reconciliación social y eclesial, que nos hermane profundamente en el compromiso de construir un futuro, donde erradiquemos definitivamente las causas estructurales que dieron origen a los crímenes del pasado y garanticemos a todos, pero especialmente a los pobres, la certeza de que tales situaciones no se repetirán.

Para esta reconciliación, sólo la aceptación humilde de la verdad histórica nos hará libres. En el juicio de la historia, la Iglesia no saldrá bien librada si, como punto de partida, ella no reconoce la responsabilidad que le toca en los crímenes que, en nombre de ella y de Dios mismo, se cometieron contra nuestros pueblos durante los 500 años. En la medida en que la Iglesia se empeña en cerrar los ojos a la verdad de los hechos, que todo el mundo conoce, y reduce la historia a unos hechos y personas ciertamente muy valiosas, pero que no representaron la postura mayoritaria de la Iglesia y en su época fueron duramente cuestionados por ella, la Iglesia corre el riesgo de perder la credibilidad que ahora tiene ante los pobres.

Aportación de los indígenas al CELAM IV.