¿DE DÓNDE VIENE LA FUERZA DE UN PUEBLO?

 

JOÃO PEDRO STEDILE

En nuestra experiencia de lucha, de trabajo de base junto al MST y en la lucha por la reforma agraria, utilizamos siempre varios ejemplos y lecciones históricas aprendidas de las luchas de los pueblos para explicar a los compañeros de donde viene la fuerza de un pueblo, en la lucha para conquistar derechos y mejora de las condiciones de vida.
Primeramente explicamos que la fuerza del estado, administrado por los gobiernos, está en el uso de la fuerza militar, expresada en las policías, en las fuerzas armadas e incluso en organizar milicias. Siempre que los estados quieren imponer su voluntad, usan la llamada fuerza pública.
La clase dominante, la burguesía, cuando quiere viabilizar su voluntad política, su proyecto, dispone de la fuerza del dinero, del capital. Con eso, construye sus imperios de manipulación de las ideas, compra, coopta, se elige y así alcanza sus objetivos, para seguir explotando el trabajo y dominando.
Y el pueblo, ¿dónde está su fuerza? La fuerza del pueblo está en el número de personas que logra movilizar hacia un objetivo común. Ni el estado, ni la clase dominante, tienen gente, tienen personas.
Así pues, el secreto de la posibilidad de conquistas y derechos y mejorar las condiciones de vida para la población es siempre poder organizar y movilizar mucha gente. Si el contingente organizado es pequeño, difícilmente conseguirá sus objetivos, por más justos que sean. Pero si el contingente de personas es grande, seguramente alcanzarán sus objetivos. Por lo tanto, nuestra fuerza popular está determinada por el número de personas que logramos aglutinar.
La segunda lección de la historia es que la conquista de derechos y de victorias para el pueblo, no está relacionada con la ley, con argumentos. Cuantas más personas reunamos en torno a un objetivo, más rápida será la conquista. Cuantas menos personas, más tiempo llevará para realizarse la posibilidad de victoria.
Tercera lección: a lo largo del proceso de organización y movilización, las formas de lucha, de presión, son las más variadas. Dependen de la cultura política, de la región, dependen del nivel de conciencia de clase de los participantes, es decir, de factores subjetivos.
Y, a lo largo de la historia de la humanidad, los pueblos utilizaron múltiples formas de presión, desde marchas, huelgas, ocupaciones de latifundios, de edificios públicos, cercos a las ciudades, vigilias, huelgas de hambre, etc.
Así que, el grado de radicalidad sobre lo que queremos conquistar no está en el uso de violencia, coacción, sino en el contingente de personas que se organizan de forma masiva para luchar.
También es cierto que, en la historia, muchos pueblos han tenido que hacer la lucha armada, contra la opresión de gobernantes, contra el colonialismo, contra fuerzas militares invasoras. Forma parte del derecho y deber de resistencia y de lucha. Pero el secreto de la posibilidad de victoria no está en la forma de lucha, sino en el grado de adhesión de miles de personas, hombres y mujeres, jóvenes y adultos.
Hay múltiples formas de organizarse en la búsqueda de reunir mucha gente. Una vez más, depende de la tradición, de la cultura política, del nivel de conciencia, etc. En cada país y región, existen diversas formas de organización, desde los núcleos de base, los comités locales, las asociaciones, las asambleas, los movimientos populares, hasta formas más clásicas como los sindicatos y los partidos políticos. Las formas de organización no deben ser el objetivo. El objetivo es luchar contra las injusticias y conquistar mejores condiciones de vida para todo el pueblo. Siempre que una agrupación pone la “forma de organización”, sea su movimiento, sindicato o partido, como el objetivo principal, caerá en el sectarismo y será condenado al fracaso. Lo que hace los cambios no son las formas, sino la fuerza del pueblo movilizado.
Por eso, todos nosotros, militantes de las causas del pueblo, debemos siempre tener en mente, y poner nuestras energías, en organizar el pueblo, concienciarlo y movilizarlo. Cuantas más personas, más rápidas serán las conquistas.
¡Esas son las lecciones de la historia de la lucha de clases en la humanidad, que solo resumo de forma burda!