¿Demo... qué?
¿ DEMO... QUÉ?
Eduardo Galeano
En las olimpíadas griegas nunca participaron las mujeres, los esclavos ni los extranjeros. En la democracia griega, tampoco.
En la Constitución que inauguró la democracia en los Estados Unidos de América, eran invisibles las mujeres, los negros, los indios y los pobres.
En toda América, de norte a sur, nuestras naciones nacieron mentidas. La independencia negó los derechos de quienes peleando por ella se habían jugado la vida, y las mujeres, los negros, los indios y los pobres no fueron invitados a la fiesta.
Las Constituciones dieron prestigio legal a esa mutilación.
En las primeras elecciones del Uruguay, votó el cinco por ciento de la población adulta. En las primeras del Brasil, votó el tres por ciento.
Con el paso del tiempo, el derecho de voto se ha universalizado en toda América, pero la democracia sigue siendo un gran estadio donde el pueblo asiste a las piruetas de quienes juegan en su nombre.
¿Y en el mundo? ¿No es la democracia una tarea pendiente en el mundo entero? El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial gobiernan a los gobiernos. En uno mandan cinco países. En el otro, ocho. La Organización Mundial del Comercio ejerce la dictadura mercantil sobre el planeta: el estatuto establece el derecho de voto, pero nunca jamás se ejerció. ¿Y las Naciones Unidas? La Asamblea General, simbólica, recomienda pero no decide. Quienes sí deciden son los cinco países con derecho de veto en el Consejo de Seguridad. Ellos, los cinco principales fabricantes de armas, velan por nuestra paz.
Eduardo Galeano
Montevideo, Uruguay