Diplomacia de los pueblos
Y su aporte comunitario en organizaciones multilaterales hacia una humanidad fraterna.
Guido Jorge Zuleta Ibargüen. Venezuela.
En tiempo de enfrentamiento a la pandemia, se destaca la misión de la Diplomacia de los Pueblos, compuesta por movimientos sociales y comunidades de buena voluntad del mundo, quienes, desde diversas fuentes espirituales, hacen su aporte en sus pueblos y en organizaciones multilaterales, para enfrentar la visión neoliberal irresponsable del máximo lucro, superar la amenaza global y avanzar en el cuidado de la Humanidad y de la Casa Común, la Madre Tierra.
En el marco de esta misión, hace su aporte la comunidad ecuménica de espiritualidad liberadora Fundación Latinoamericana por los Derechos Humanos y el Desarrollo Social, FUNDALATIN con status consultivo especial ante la ONU, desde 2015, lo cual permite tener derecho a voz en sesiones del Consejo de Derechos Humanos de esa Organización. Así ejerció este derecho, en la 46 sesión, su presidente, la Hna. Eugenia Russian.
Desde esta diplomacia se convocó a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, en Cochabamba (Bolivia, 2010): “Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación, revalorización y fortalecimiento de los conocimientos, sabidurías y prácticas ancestrales de los Pueblos Indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta del “Buen Vivir”, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual”.
A su vez, la Carta de Santa Cruz, dada a luz durante el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares (Bolivia 2015) plantea: “Coincidimos con el Papa Francisco en que la problemática social y ambiental emerge como dos caras de la misma moneda. Un sistema que no puede brindar tierra, techo y trabajo para todos, que socava la paz entre las personas y amenaza la propia subsistencia de la Madre Tierra, no puede seguir rigiendo el destino del planeta”. Visión que coincide con la planteada –también por el Papa Francisco-, en la encíclica Laudato Si’, Sobre el cuidado de la Casa Común (2015) y con los objetivos planteados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ONU).
Frente al drama de los migrantes, en junio de 2017, en Tiquipaya, Bolivia, la Conferencia Mundial de los Pueblos por un Mundo sin Muros hacia la Ciudadanía Universal, acordó plantear ante la ONU “Superar el enfoque de “fronteras rígidas” por una visión que las entienda como puentes de integración para la unidad entre los pueblos y la acogida de los migrantes, donde la lucha contra el crimen trasnacional organizado se encare en un marco de cooperación entre los Estados”.
La Diplomacia de los Pueblos valora testimonios de vida como el de San Romero de América. También el de la salvadoreña Marianela García Villas, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, quien promovía encuentros de D.D. H.H. junto a organismos internacionales. Habiendo entrado clandestinamente a una zona de combate para documentar el uso de fósforo y napalm, es asesinada el 13 de marzo de 1983.
En Estados Unidos, la misión de la Diplomacia de los Pueblos se expresa en el Observatorio de la Escuela de las Américas, (SOAW) creado por los misioneros de Maryknoll, quienes desde hace más de 20 años solicitan el cierre de esa escuela formadora de dictadores, el cierre de las bases militares de su país en el mundo y se solidarizan con los migrantes.
En Brasil, impactan las declaraciones de María H. Tavares de Almeida, de la Comisión Arns de Derechos Humanos, en la 46 Sesión del Consejo de DDHH de la ONU en Ginebra. En esa oportunidad dijo: “Bolsonaro paralizó la capacidad de coordinación de la autoridad federal de salud, descartó la importancia de las vacunas”.
La Diplomacia de los Pueblos sigue su misión con comunidades de buena voluntad hacia una práctica ética política no exclusivamente partidista, alentados por los dichos del Papa Francisco: “Una vez más convoco a rehabilitar la política, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común” (Fratelli Tutti, 2020).
Y sigue inspirando a gobiernos responsables y organizaciones multilaterales, hacia una humanidad fraterna.