Ecología integral: derechos de los animales

Ecología integral: Derechos de los animales

Declaración Universal de los Derechos del Animal


Londres, 23 de septiembre de 1977

Considerando que todo animal posee derechos,

Considerando que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido al ser humano a cometer crímenes contra la naturaleza y los animales,

Considerando que el reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos de las otras especies de animales constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo,

Considerando que el hombre comete genocidio y existe la amenaza de que siga cometiéndolo,

Considerando que el respeto hacia los animales está ligado al respeto de los hombres entre ellos,

Considerando que la educación debe enseñar, desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los animales, se proclama lo siguiente:

Artículo 1. Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia.

Artículo 2. Todo animal tiene derecho al respeto. El hombre, en cuanto especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales. Todos los animales tienen derecho a la atención, los cuidados y la protección del hombre.

Artículo 3. Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos crueles. Si es necesaria la muerte de un animal, deberá ser instantánea, indolora y sin angustia.

Artículo 4. Todo animal perteneciente a una especie salvaje, tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse. Toda privación de libertad, incluso aquella con fines educativos, es contraria a este derecho.

Artículo 5. Todo animal perteneciente a una especie que viva tradicionalmente en el entorno del hombre, tiene derecho a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y de libertad que sean propias de su especie. Toda modificación de dicho ritmo o condiciones que fuera impuesta por el hombre con fines mercantiles, es contraria a dicho derecho.

Artículo 6. Todo animal que el hombre ha escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural. El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.

Artículo 7. Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad del trabajo, alimentación reparadora y reposo.

Artículo 8. La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, como cualquier otra forma de experimentación. Las técnicas alternativas deben ser utilizadas y desarrolladas.

Artículo 9. Cuando un animal es criado para la alimentación debe ser nutrido, instalado y transportado, así como sacrificado, sin que de ello resulte para él motivo de ansiedad o dolor.

Artículo 10. Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre. Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal.

Artículo 11. Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.

Artículo 12. Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio, es decir, un crimen contra la especie. La contaminación y la destrucción del ambiente natural conducen al genocidio.

Artículo 13. Un animal muerto debe ser tratado con respeto. Las escenas de violencia en las cuales los animales son víctimas, deben ser prohibidas en cine y televisión, salvo si tienen como fin dar muestra de los atentados contra los derechos del animal.

Artículo 14. Los organismos de protección y salvaguarda de los animales deben ser representados a nivel gubernamental. Los derechos del animal deben ser defendidos por la ley, como lo son los derechos del hombre.


Comentar estos derechos en el grupo, en la comunidad, en la familia. Alguien que defienda esta posición. Otro que la critique. Debatir entre todos. Confrontar con las experiencias conocidas. Aportar otra documentación, si se puede. Tomar alguna decisión entre todos...

 

Diario de la vida de un perro

7 días: Cumplí 7 días. ¡Qué alegría nacer a la vida!

1 mes: Mi mamá me cuida muy bien.

2 meses: Hoy estoy triste, me separaron de mi mamá. Me dijo adiós con los ojos, deseándome que mi nueva «familia humana» me cuidara igual de bien.

4 meses: Todo me llama la atención. Los niños de la casa son como mis hermanitos, me jalan la cola y yo los muerdo jugando.

5 meses: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí en la casa, pero nunca me enseñaron donde debo hacerlo. Además, duermo en el cuarto... ¡ya no me aguantan!

8 meses: ¡Soy feliz! Tengo el calor de un hogar, me siento querido y protegido. Creo que mis amos me quieren: cuando están comiendo me convidan. El patio es para mi solito. Nunca me educan. Ha de estar bien todo lo que hago.

12 meses: Hoy cumplí un año. Mis dueños dicen que crecí más de lo que ellos pensaban.

13 meses: ¡Que mal me siento!... Mi hermanito me quito la pelota, así que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes y lo lastimé sin querer. Por eso me encadenaron, casi sin poder moverme; al sol. Dicen que me van a tener en observación y que soy muy ingrato. No entiendo nada.

15 meses: Ya nada es igual... vivo en la azotea sin techo y cuando llueve me mojo. Me siento muy sólo... mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed.

16 meses: Hoy me bajaron de la azotea, pensando que me habían perdonado, salté de la alegría. Encima de eso. Me llevaron con ellos de paseo. Nos enfilamos por una carretera y de pronto se pararon. Abrieron la puerta y yo me baje feliz. Rápidamente cerraron la puerta y se fueron... ¡Espérenme, ladré... se olvidan de mí!... Corrí detrás del auto con todas mis fuerzas. Mi angustia creció y creció hasta darme de cuenta que ME HABÍAN ABANDONADO...

17 meses: He tratado en vano de regresar a casa. Encuentro gente buena que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco desde el alma con la mirada. Quisiera que alguien me adoptara, pero sólo dicen: pobre perro, se habrá perdido.

18 meses: Pasé por una escuela y un grupo de niños, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras; una me lastimó un ojo y desde entonces no veo por él.

19 meses: Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían de mí. Ahora que estoy flaco, sucio y perdí un ojo la gente más bien me saca a escobazos cuando busco refugio.

20 meses: hoy en la calle un carro me arrolló. Creí estar en un lugar seguro llamado «cuneta», pero nunca olvidaré la cara de satisfacción del conductor, que hasta se desvío para pegarme. Ojalá me hubiera matado, pero sólo me dislocó la cadera. El dolor fue terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultad me he arrastrado a un costado del camino. Llevo diez días bajo el sol, la lluvia y sin agua ni comida. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal... ya casi estoy inconsciente; pero la dulzura de una voz me hizo reaccionar. Pobre perro, decía..., junto a ella había un señor, que dijo: Lo siento. Este perro no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir. Ella asintió con lágrimas en los ojos. Como pude, moví mi cola y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Sólo sentí el pinchazo de la inyección y me dormí para siempre pensando para qué tuve que nacer si nadie me quería.