EL COMPROMISO HISTÓRICO DE LOS JÓVENES HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ

 

HNA. EUGENIA RUSSIAN

El mundo a lo largo de la historia ha tenido expresiones de violencia y nuestras sociedades no escapan de ella, la violencia nos demuestra que es una manifestación aprendida y que este flagelo puede afectar a jóvenes del mundo y generar diferentes situaciones problemáticas o conflictivas personales, sociales, políticas o culturales.
El tema de la NO violencia, NO a la violencia verbal, NO al discurso violento en los medios de comunicación social es fundamental en la formación de nuestros jóvenes. La inclusión juvenil requiere de un esfuerzo adicional del grupo familiar y de la sociedad para preparar a las futuras generaciones con mayor madurez para el logro de un mundo con paz y armonía entre los seres humanos.
Es importante también considerar como una salida a la violencia y con miras a una sociedad más incluyente el abrir espacios a la participación productiva para los jóvenes, mediante el impulso de una economía social de participación en las diferentes formas de organización económica productiva con características de inclusión social que deben ser promovidas en los países de América Latina.
Por lo tanto, el compromiso histórico de los jóvenes hacia una Cultura de Paz requiere de un esfuerzo constructivo por conseguirla. La paz no viene por generación espontánea en medio de una cultura de la competencia y de ambición. La paz no se da, se construye.
En consecuencia, la paz ti ne que ser parte de la formación en el hogar, en la escuela o instituciones educativas donde se forman los niños, niñas y adolescentes. En este aspecto, la pedagogía para la libertad es fundamental. Se
requiere un acercamiento inteligente, actualizado y adecuado sobre la ética y la espiritualidad como dimensiones del ser humano, esto ayudará a aportar elementos esenciales en la formación de los jóvenes para que los aleje de la cultura de la violencia.
Es importante recordar las palabras del Sacerdote Juan Vives Suriá, fundador de Fundalatin, en su discurso a los jóvenes en el año 1987. “Jóvenes no sucumban jamás ante la tentación de la violencia, la droga, el consumismo del esclavo libre. A ustedes les toca construir desde ahora un siglo XXI sin armas, en paz, con justicia y libertad. Es hora de caminar juntos creyentes y no creyentes, norte, sur, este, oeste. Para construir un mundo solidario y justo. Un auténtico nuevo orden económico que asegure una paz justa y verdadera.
El reto de los jóvenes en este momento histórico, es la transformación del pensamiento, para superar visiones insensibles, como la cultura del máximo lucro sin responsabilidad, donde se asuma y se respete las diferentes cosmovisiones, el conocer la historia que tenemos y romper las barreras de la injusticia, de la opresión y formar parte del cambio que todas y todos queremos, encaminados hacia una humanidad más fraterna. Para generar una justi cia fuerte y con cambios verdaderos.