El feminismo me cambió la vida

El feminismo me cambió la vida

Virginia Vargas


Es probable que a Virginia Vargas la decidiera por el feminismo la opinion de su compañero de entonces. Venía ella de la militancia en un partido de izquierda y acababa de terminar un posgrado en Ciencias Políticas. Cuando le comunicó a su compañero su decisión de trabajar en el feminismo, aquél le dijo asombrado: «¿Cómo es posible? Tú eres una tipa brillante, tienes un posgrado y tantas cosas por delante… ¿Por qué vas a perder tu tiempo y tu riqueza teórica en esa tontera que no vale nada, el asunto de las mujeres?»

«Una opinión semejante -dice Virginia- de una persona que tú quieres, te hace trastabillar, pero para mí comenzó un proceso que me cambió la vida: me cambió los referentes de legitimidad. Decidí que esta legitimidad ya no me vendría desde fuera, de lo que agradaba o no a los demás, sino que estaba obligada a buscarla en mí. Decidir qué es lo que quería. Esto ha sido uno de los cambios fundamentales de mi vida.»

«Cambió la relación con mi cuerpo, con mi sexualidad, con la política. Cambié muchísimo. Me quiero más a mí misma. Aprendí a reconocer todo el valor de la propuesta feminista, en lo que las mujeres dicen y lo que son sus experiencias. Y también a reconocer mi experiencia. Me costó muchos años, por ejemplo, reconocerme en mi capacidad de liderazgo. Ya estoy como en paz con esa parte mía que al comienzo me asustaba un poco.

Creo que este mismo paso se da en todas las mujeres cuando descubren el feminismo. El feminismo te permite un proceso de individuación, de reconocerte a ti igual a muchas, y diferente. De reconocer tus sentimientos, tus necesidades, tus posibilidades.