El nuevo éxodo de la comunidad afrodescendiente
El nuevo éxodo de la comunidad afrodescendIente
Fray Dvid Raimundo dos Santos
Los cinco siglos de esclavitud o explotación de los afrodescendientes en América Latina y el Caribe, aparte de la situación de miseria económica y social, nos trajo otra consecuencia grave: el autorrechazo. En el Continente, de cada diez afrodescendientes, ocho niegan su identidad. El gran éxodo, la gran liberación que la comunidad afrodescendiente está procesando en esta hora consiste en:
asumir la propia identidad como don de Dios y como condición básica para acelerar el proceso de autoliberación, ayudando a la sociedad a darse cuenta de sus prejuicios y a liberarse de ellos, a partir de la nueva postura de autoconciencia de los afrodescendientes.
Señales del nuevo éxodo
Por todas partes estamos percibiendo las señales de este nuevo éxodo. El eje propulsor de esta liberación es precisamente el autodescubri-miento y la autoestima de la propia comunidad afrodescendiente y sus derechos. He ahí algunas señales de este nuevo éxodo:
1) Crece en todo el Continente, y parti-cularmente en Brasil, el número de negros que pasan a colocar en su corazón la opción por hacer un curso universitario. Del total de la población brasileña, el 59% son afrodescendientes y apenas el 2’3% de los universitarios brasileños son afrodescendientes.
2) Crece el interés y se valoran cada vez más las articulaciones amplias en la comunidad afrodescendiente. Es el caso del VIII EPA (Encuentro de Pastoral Afroamericana y Caribeña) que tendrá lugar en Salvador, Bahia, el año 2000.
3) Surgen en varias regiones de la Patria Grande asociaciones para concientizar y combatir la “anemia falciforme”, enfermedad que afecta en mayor proporción a la población afrodescendiente y que está causando muchas muertes por desconocimiento de los médicos y de los propios enfermos. La enfermedad, cuya incidencia es considerada alta, se manifiesta en por lo menos una persona de cada 500 afrodescendientes. De ahí la necesidad de que luchemos para que se articulen políticas públicas.
4) Las denuncias de los afrodescendientes pasan a ser bien fundadas y están llegando a las diferentes instancias de poder en el mundo. Es el caso de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que envió carta al gobierno brasileño dando de plazo hasta el año 1999 para presentar un plan de políticas públicas contra la discriminación de la mujer y de los afrodescendientes en el campo. Por ejemplo: el salario medio de los hombres blancos brasileños es de 6’3 salarios mínimos, mientras que el de los afrodescendientes es de 2’9. el de las mujeres blancas es de 3’65 salarios mínimos, mientras el de las mujeres negras es de 1’7.
5) El 30 de enero de 1998 el gobierno de EEUU divulgó en Washington un informe sobre los derechos humanos en el mundo y en América Latina. Brasil y varios países del Continente son señalados como practicantes de políticas militares discriminatorias que violentan y persiguen a los afrodescendientes; que explotan y matan a niños de la calle cuya mayoría es afrodescendientes; que el 5% de la fuerza nacional de trabajo está formada por niños de 10 a 14 años.
6) Crece en las varias diócesis que tienen fuerte presencia de afrodescendientes la conquista de espacios para la creación de una liturgia inculturada afro. Especialmente en Brasil, Panamá, Colombia y Ecuador.
7) Crece el llamado de la comunidad católica afrodescendiente al Vaticano, pidiendo que escoja también sacerdotes afrodescendientes para el servicio episcopal. La más reciente respuesta de Roma fue la elección de Gílio Felício (sacerdote presidente nacional de la Articulación de Sacerdotes y Obispos Negros de Brasil) para obispo auxiliar de Salvador, Bahia, ciudad cuya población es afrodescendiente en su mayor parte (85%).
8) La comunidad negra elaboró los diez mandamientos de los negros católicos que apuntan a un nuevo éxodo, a una salida de la posición de grupo sumiso de la Iglesia Católica, hacia una posición de grupo participativo y también con derechos.
Estar en éxodo es la condición básica de los hijos e hijas de la Patria Grande. Queremos salir de la marginación, situación impuesta por las relaciones culturales opresoras, hacia una nueva situación.
Hacia una Tierra Prometida por el Dios de la Vida, que es llamado Tupã, Canaxinê, Olorum, Dios Padre-Madre, Nzambi, Yahvé...
¡¡¡Amén - Axé!!!
Fray Dvid Raimundo dos Santos
Rio de Janeiro, Brasil