EL PASO DE LA ÉTICA DE LOS CUIDADOS A LA PEDAGOGÍA DE LOS CUIDADOS

 

CLARA DE MADRID, JOAN PERE GUZMAN

Durante los años 70 y 80, el psicólogo Lawrence Kohlberg (1927-1987) formuló su teoría del desarrollo moral. Ésta establecía que los seres humanos –idealmente– vamos superando seis diferentes etapas de razonamiento moral, desde que somos infantes hasta que nos hacemos adultos, pasando del egocentrismo de la niñez en donde cumplimos las normas por recompensas y el miedo al castigo, a la defensa de principios abstractos como la justicia universal y los derechos humanos cuando somos jóvenes adultos. Sin embargo, no todas las personas alcanzan este último grado de desarrollo moral.
El confl icto surgió cuando Carol Gilligan, alumna de Kohlberg, se dio cuenta que según esta teoría las mujeres siempre quedaban en un rango intermedio de razonamiento y nunca alcanzaban el máximo desarrollo moral. Para rebatir a su profesor, Gilligan comenzó sus propias investigaciones que acabaron cristalizando en su libro In a different voice: psychological theory and women's development, publicado en 1982, en donde expuso su propia teoría: la Ética de los Cuidados.
Más allá de las críticas a las investigaciones de ambos psicólogos, lo que Carol Gilligan demostró es que existen diferencias a la hora de tomar decisiones morales entre mujeres y hombres debido a la educación y las construcciones de género de nuestra sociedad. En líneas generales, ellos entienden principios como la justicia de una manera más abstracta que ellas, que toman decisiones basadas en el contexto y el cuidado al otro.
De hecho, gracias a sus estudios, Gilligan reveló la esencialidad del cuidado. Para ella, este era un valor fundamental para la vida pero que pasaba desapercibido frente a otros como la justicia porque se desarrollaba en la esfera privada del hogar y era concebido solo como una tarea doméstica protagonizada por las mujeres.
A partir de este momento, ella y sus colaboradoras han tenido como objetivo argumentar el compromiso de todas las personas en el cuidado a los/las demás. Según Gilligan (2013), la persona alcanza el mayor grado de desarrollo moral cuando encuentra el equilibrio entre el cuidado de sí mismo/a y el cuidado de las personas de su entorno.
Por todo ello, Carol Gilligan es la figura crucial que consiguió poner los cuidados en el centro de la cuestión y construyó el marco teórico sobre el cual nuevas generaciones han reflexionado, generando nuevas aproximaciones y ampliando el concepto de cuidado.
Herederas directas de Gilligan son los Movimientos y la Economía Feminista. Los estudios feministas llevan décadas reflexionando sobre este tema porque las mujeres han sido, y son, las principales responsables de los cuidados sacrificando para hacerlo su profesión, su tiempo libre y descanso. Es un trabajo invisibilizado pero fundamental para el sostenimiento de la vida humana. Por su esencialidad, los movimientos feministas defienden situar los cuidados y el bienestar social en el centro de la sociedad.
Es más, las feministas han sacado el concepto de cuidado del ámbito doméstico para abarcar otros ámbitos, como el laboral o el comunitario. Ellas abogan por una responsabilidad colectiva del sostenimiento de la vida y la generación de bienestar, convirtiéndose en una responsabilidad que debe asumirse tanto en la esfera privada como en la pública.
Dentro de las diferentes escuelas feministas se encuentra el Ecofeminismo. Esta corriente une la perspectiva feminista y la ecología y surgió con movimientos como el Chipko en la India o Vía Campesina. Como expone Yayo Herrero, máxima exponente en el estado español, los seres humanos somos fundamentalmente dependientes. Necesitamos a otras personas que nos cuiden y necesitamos
el planeta porque todo lo que nuestro sistema económico produce tiene su origen en la naturaleza. Por tanto, la vida humana es ecodependiente y también interdependiente.
Por consiguiente, el Ecofeminismo pretende buscar un cambio en los modos en que las personas nos relacionamos entre nosotras y con la naturaleza, sustituyendo formas de opresión por fórmulas de cooperación y ayuda mutua.
Parece lógico pensar que el debate sobre los cuidados tendría repercusiones en la Educación. Una de las voces que se unió a Gilligan fue Nel Noddings. Fue ella quien transformó la teoría de la Ética de los Cuidados en una propuesta pedagógica y desafió a las corrientes actuales a replantearse como educar todos los aspectos de la persona. Su propuesta apela a una correcta educación del corazón, buscando un equilibrio entre corazón y cabeza.
De forma paralela, en las últimas décadas se ha difundido otro movimiento que sitúa los cuidados en el
centro de su propuesta: el Buen Vivir - en quechua SUMAK KAWSAY. Tiene su origen en las cosmovisiones de los pueblos indígenas andinos quienes buscan un equilibrio entre el respeto a los límites de la naturaleza y la justi ia social. El Buen Vivir implica vivir de manera sana, saludable, con respeto y cuidado por uno mismo, por los y las demás y por el planeta. Habrá que discernir,según Boff , entre: ¿“Vivir mejor o el Buen Vivir”?
Es a partir de aquí que nosotras, la Red de Educador@s para la Ciudadanía Global (RECG) con toda esta fundamentación teórica anterior (Gilligan, Noddings, Herrero, Sumak Kawsay) nos formamos en este tema, para editar propuestas pedagógicas.
Esta formación en la fundamentación teórica nos dio el impulso para poder pasar del concepto de la Ética de los Cuidados a la Pedagogía de los Cuidados. Después de la pandemia, en nuestros materiales de la Red ECG: La Educación para la Ciudadanía Global como propuesta metodológica transformadora (2019) ya aparece el término PEDAGOGÍA de los Cuidados en el Marco Teórico de la ECG que lo acompaña.
Nosotras, como grupo o Red/Xarxa ECG pretendemos que en la Educación TRANSFORMADORA para la
CIUDADANÍA GLOBAL o en la Educación para la JUSTÍCIA GLOBAL sea incluida la Ética y la Pedagogía de los cuidados en el currículum.
Y, evidentemente, lo pretendemos hacer con el Objetivo de “Poner la Vida en el centro” (en palabras de la antropóloga Yayo Herrero).
Esto sería posible mediante la metodología propia de la Educación para la Ciudadanía Global o Educación para la Justicia Global:
-Una visibilización del mundo interdependiente; - Unos Procesos de Enseñanza-Aprendizaje activos y participativos;
- Desafíos planetarios”.
- Pretendemos generar personas críticas, comprometidas, responsables
(y por lo tanto, también ... ¡cuidadoras!).
Creemos que nuestros dos recursos didácticos: “Cuidémonos” (2022) y “Poner la vida del centro en el
centro” (2020) son un aporte más. Ambos materiales didácticos, son una contribución a la práctica escolar o al curriculum. Siempre con el objetivo principal de:
1)Cuidar de uno/a mismo/a, 2) Cuidar de las demás
personas y 3) Cuidar del planeta.
Avanzamos conjuntamente en el camino de la Ética de los Cuidados hacia la Pedagogía de los Cuidados y su fundamentación teórica. Un enfoque educativo que sin duda contribuye a formarnos en la noviolencia activa.