Estatutos del Ser Humano

Estatutos del Ser Humano

Thiago de Melo


Artículo 1:

Ha sido decretado que desde ahora la vida es válida,
que desde ahora ya la verdad es válida
y que, dándonos la mano,
vamos a trabajar todos por una vida verdadera.
 

Artículo 2:

Queda decretado que todos los días de la semana,
incluidos los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañana de domingo.


Artículo 3:

Queda establecido a partir de esta fecha
que haya soles en todas las ventanas,
que el sol tenga derecho a entrar en todas las sombras
y que las ventanas permanezcan todo el día
abiertas al verde donde crece la esperanza.
 

Artículo 4:

Queda decretado que el ser humano
no tenga ya nunca más necesidad de desconfiar del ser humano.
Que el ser humano tenga confianza en el ser humano
como la palmera confía en el viento, como el viento confía en el aire
y como el aire confía en el azulado campo del cielo.
 

Párrafo único:

El ser humano confiará en el Ser Humano
como el niño confía en otro niño.
 

Artículo 5:

Queda ordenado el que las personas
estén libres del yugo de la miseria.
Que no sea necesario nunca utilizar la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El ser humano se sentará a la mesa con una mirada clara
porque la verdad será servida antes de los postres.
 

Artículo 6:

Por diez siglos queda establecida la práctica soñada por el profeta Isaías:
el lobo y el cordero podrán pastar juntos
y el alimento de ambos tendrá el mismo gusto de antes.
 

Artículo 7:

Por decreto irrevocable se establece
el reino permanente de la justicia y de la caridad,
y la alegría será el emblema generoso
desplegado para siempre en el alma del pueblo.
 

Artículo 8:

Queda decretado que el mayor dolor
fue siempre, y siempre lo será,
el que el amor no pueda ser entregado a quien se ama,
y el saber que es el agua
la que da a la planta el milagro de la flor.
 

Artículo 9:

Queda permitido que el pan de cada día
sea para el ser humano el signo de su sudor,
pero sobre todo que tenga siempre
el cálido sabor de la ternura.
 

Artículo 10:

Le es permitido a toda persona
vestirse de blanco a cualquier hora del día.
 

Artículo 11:

Queda decretado por definición
que el ser humano sea un animal que ama
y que, precisamente por esto, es hermoso,
mucho más hermoso que la estrella de la mañana.
 

Artículo 12:

Se decreta que nada sea obligatorio ni prohibido,
que todo esté permitido, incluso jugar con los rinocerontes
y caminar por la tarde con una inmensa begonia en la solapa.
 

Párrafo único:

Sólo una cosa queda prohibida: amar sin amor.
 

Artículo 13:

Se decreta que el dinero no pueda ya jamás comprar
el sol de las mañanas futuras.
Expulsado del gran cofre del miedo,
el dinero se transformará en una espada fraterna
para proteger el derecho a cantar y la fiesta del día de mañana.
 

Artículo final:

Queda prohibido el emplear la palabra libertad:
será suprimida de los diccionarios
y de los huecos engañosos de las bocas.
A partir de este momento la libertad será algo vivo y transparente
como un fuego o un río, o como la semilla de trigo
y tendrá siempre por morada el corazón del ser humano.