Hablemos la verdad

HABLEMOS LA VERDAD
Recuperemos nuestra Historia

Oficina de Derechos Humanos


¿Qué es el Proyecto de recuperación de la memoria histórica? ¿Por qué lo impulsa la Iglesia?

Es una iniciativa eclesial y busca ser un aporte al proceso de paz y reconciliación. Es un esfuerzo por realizar un análisis objetivo de la violencia política durante los últimos 35 años de guerra interna. Dicho en otras palabras, se quiere documentar qué sucedió, según los testimonios directos de los individuos y las comunidades que sufrieron la violencia; y se quiere dar una explicación que nos ayude a entender por qué los hechos de violencia sucedieron y por qué tomó la forma que tomó. La verdad del qué y porqué son elementos claves de iluminación para poder construir una nación basada en la dignidad y la justicia del Evangelio.

Como Iglesia, nuestra posición es autónoma. Por lo tanto, la investigación será imparcial, y por eso se pretende analizar los tres actores principales de la violencia: el ejército, los grupos paramilitares y la guerrilla. La decisión de impulsar este proyecto no responde a intereses políticos ni ideológicos, sino a la necesidad muy sentida en la población de poder dar voz a sus vivencias de violencia y dolor, recordar en voz alta a sus muertos y encontrar algún sentido a lo sucedido. De ninguna manera busca la venganza, sino parte de la doctrina cristiana que nos enseña que de la verdad nace la posibilidad del perdón, y del perdón, la reconciliación.

El trabajo estará coordinado a través de la Oficina de Derechos Humanos de Arzobispado (ODHAG), pero su potencial reside en ser un proyecto interdiocesano que refleja el compro­miso de la Iglesia Católica de acompañar al pueblo en su difícil caminar hacia la paz y la reconciliación.

Su éxito va a depender del esfuerzo de muchas personas: de los obispos, religiosos y agentes de pastoral, de los coordinadores diocesanos y entrevistadores, del equipo multidisciplinario de la ODHAG, y sobre todo de todas las personas -católicas y no católicas- que con sus testimonios contribuirán a recuperar la memoria de lo sucedido.

¿Por qué un Proyecto para recuperar la memoria histórica?

Los efectos de la violencia política, de una manera u otra, han tocado a casi todos los guatemaltecos. Sin embargo, por las caracterís­ticas de la guerra y el miedo que ha provocado, la vasta mayoría de las víctimas directas han tenido que esconder su dolor, mantenerse en silencio y vivir sus penas en la soledad. Esta situación produce muchas y variadas conse­cuencias negativas, entre las que se incluyen las dolencias psicológicas y la desconfianza que hace imposible volver a vivir como comunidades.

Con este proyecto se quiere abrir un espacio para poder recordar y compartir la memoria, para así empezar a vencer el miedo, romper el silencio, revalorar la experiencia y a las víctimas. Así, aportaremos a la recuperación de las personas en su salud mental y a la recons­trucción del tejido social de las comunidades. Aunque el trabajo no tendrá un carácter vincu­lante para procesos judiciales, en un sentido profundo es un proyecto de dignificación y justicia.

Las mismas circunstancias han llevado a que con frecuencia una persona o una comunidad sólo conozca lo que le sucedió a sí misma, pero puede no conocer la experiencia de otros miles más. Así pues, el proyecto pretende entretejer las muchas historias individuales y separadas para reconstruir una historia a nivel nacional que dé sentido y dimensión social a lo ocurri­do. Busca aportar elementos que ayuden a los diversos sectores de la sociedad a reflexionar sobre esta historia común para que no se repita jamás. Por eso, el informe que se producirá como uno de los resultados del proyecto, no se concibe como un simple recuento de los relatos. Más bien se propone llegar a una interpretación de los hechos buscando sus causas, para poder sobre estas bases identificar medidas para reparar los daños y prevenir que jamás vuelvan a suceder. En este sentido es un proyecto que puede ayudar a definir un nuevo cauce para el futuro del país.

¿Por qué impulsar el Proyecto ahora?

Nos encontramos en un momento decisivo en el proceso de negociaciones de paz entre el gobierno y la URNG. Se han creado expectati­vas para poder firmar un acuerdo de paz en 1995, por lo que es muy importante que empecemos a orientar una parte de nuestra labor hacia los desafíos que nos va a plantear la posguerra. Este proyecto es una de las respues­tas a estos desafíos.

Como parte del mismo proceso de paz, las partes en conflicto acordaron establecer una Comisión para el Esclarecimiento Histórico del Pasado, que tendrá apenas seis meses a partir de la firma definitiva de la paz para investigar e informar sobre la violencia política generada por el conflicto armado interno durante los últimos 35 años.

La labor que se le ha enco­mendado a la comisión es de gran importancia para el país, ya que de alguna manera estará produciendo la historia oficial de lo que ocurrió.

También es indudable que afrontará varios obstáculos, por ejemplo, el poco tiempo disponible para investigar un período tan largo, la falta de estructuras instaladas para realizar el trabajo y otras dificultades que naturalmente surgirán en el desarrollo de su labor.

Este período de la historia se nos presenta transcendental e irreversible, siendo el momen­to para comprometernos en la construcción de la verdad y ayudar a que las víctimas y los sobrevivientes sean escuchados con fidelidad, para lograr la reconciliación de todos los guatemaltecos.

En este contexto la Iglesia puede jugar un papel importante: por estar presente en todo el país, llegando hasta sus rincones más aparta­dos, por la confianza que nos tiene una gran parte de la población, y por nuestra autoridad moral y autonomía.

No tendremos ninguna relación formal con la Comisión para el Esclarecimiento Histórico del Pasado. Pero esperemos que con la calidad y legitimidad de este proyecto, podamos ayudar a iluminar su camino hacia la verdad.

¿Cómo se va a realizar el trabajo?

El trabajo está concebido en cuatro etapas, con una calendarización flexible según las condiciones de cada diócesis. Se espera concluir el conjunto del trabajo en un período de 12 a 18 meses.

La primera etapa es de preparación, en la que se va a: formar el equipo, crear la organización, proporcionar capacitación y lanzar una campaña masiva de publicidad para dar a conocer el proyecto y animar a la población afectada a dar su testimo­nio.

La segunda etapa tendrá como actividad central la recopilación de los testimonios a través de la estructura creada.

En la tercera etapa los esfuerzos se concentrarán en la integración y análisis de los datos.

La cuarta y última etapa será dedicada al seguimiento, o sea, a la devolución de los resultados a las comunidades afectadas y a la sociedad en general, y posiblemente la realización de actividades culturales y religiosas que nos ayuden a recordar y reflexionar sobre los efectos de los largos años de violencia política en Guatemala.

 

Oficina de Derechos Humanos

Arzobispado de Guatemala