La copa de champán que hay que quebrar

LA COPA DE CHAMPÁN... QUE HAY QUE QUEBRAR


Tome nota: así está el mundo. ¡Una copa de champán...! Fíjese bien.

El 20% más rico de la humanidad acapara el 82,7% de los recursos del mundo. Es decir, sí en el mundo hay «cien pesos'., la quinta parte más rica de la población mundial tiene ella sola 82, 7 pesos, quedando sólo 17,3 para el 80% de la humanidad. ¿Qué le parece?

El 20% siguiente en orden de ricos a pobres, disfruta del 11, 7% de las riquezas del mundo. No cabe duda que tiene el cinturón apretado, pues le correspondería un 20% y se conforma con poco más de la mitad.

El 4096 más rico de la humanidad (es decir, la suma de esos dos grupos más ricos de la humanidad) tienen (acaparan) el 94,4% de todas las riquezas que hay en el mundo, y hacen que el 60% de la humanidad (más de la mitad del mundo) se las arregle para subsistir con el 5,6% de lo que hay en el mundo. Es decir, más de la mitad del mundo, el 60% de la humanidad vive crónicamente en situación de pobreza-miseria.

Siga viendo la gráfica, y vea que el 40% más pobre de la humanidad está obligado subsistir con el 3,3% (menos que diez veces menos de lo que le correspondería en un reparto equitativo). Y si usted no pertenece al 20% más pobre de la humanidad, estremézcase al recordar que cada día, la quinta parte de la humanidad (uno de cada cinco personas) luchan cuerpo a cuerpo con la muerte para sobrevivir con el 1,4% que les queda (quince veces menos de lo que le correspondería...).

Tome nota. Piénselo. Medite esa gráfica (que ha sido elaborada precisamente por el PNUD de la ONU). Dígaselo a sus amigos. Y pregúntese qué puede hacer usted.

Es el “triunfo” del capitalismo, no cabe duda. Ha conseguido hacer un mundo a su imagen y semejanza, todo él en función del capital y a favor del capital. Más aún, con la implantación del neoliberalismo, todos los estudios concluyen que actualmente la distancia entre los pobres y los ricos (la disparidad que muestra la gráfica adjunta) no sólo se sostiene, sino que aumenta...

Esa copase va a caer, porque no tiene base; está en un equilibrio prácticamente imposible. Y así está el mundo: apunto de explotar. Lo único que hace falta es que los que están abajo se «den cuentas, tomen conciencia, porque muchos de ellos piensan que quizá las cosas sean así porque así ha sido siempre, o porque nosotros hemos sido pobres toda la vida, o porque quizá Dios lo quiera así...

No dudamos que el capitalismo es eficaz. Pero tampoco nos cabe ninguna duda de que lo es a base de explotara los pobres y - modernamente- a base de marginarlos y excluirlos. Queremos que se produzca y se cree riqueza en el mundo, pero no al precio de la sangre y la muerte de las mayorías. Queremos desarrollo, pero -otro- desarrollo, no éste que cada vez desarrolla más la pobreza, la exclusión y la muerte.

Cuestiones para reflexionar cristianamente en grupo

¿Qué pecados conoces tú en el mundo más grandes que el simbolizado por esta copa de champán? ¿Por qué es pecado? (Justifícalo con palabras de la Biblia, por ejemplo).

¿Se puede ser cristiano (o simplemente persona ética) sin definirse, sin pronunciarse o sin luchar denodadamente por destruir esta copa?

¿Qué se puede hacer para destruir esta copa? Relaciónalo con pasajes del evangelio.

¿Puede un muchacho o una muchacha cristiana elegir su futuro (buscar su vocación) al margen de esta realidad?

Pregunta para/sobre el Primer mundo.

Lee atentamente el comienzo de la parábola de Lázaro (Lc 16, 19ss). Véase que Jesús (que es quien la cuenta) no dice que el rico hizo nada malo frente al pobre Lázaro. Sólo dice: Había un rico..., y había un pobre.

Y continúa: "el pobre murió y fue al cielo; el rico murió, y fue al infierno... ». Pareciera como que para Jesús el mero hecho de ser» rico, aun sin hacer nada malo, fuera ya un pecado merecedor de condenación...

Piensen en la copa de champán adjunta.

¿Será que el mero hecho de vivir en el 20% más rico de la población será para Jesús un pecado (no ser que se esté allí trabajando con todas las fuerzas por romper la copa»)?


HOY NO SE PUEDE ENCONTRAR EL SENTIDO DE LA PROPIA VIDA SIN DEFINIRSE DE CARA A LOS POBRES