La Deuda de la solidaridad planetaria: frente al A.M.I.
LA DEUDA DE LA SOLIDARIDAD PLANETARIA
El A.M.I: la globalización inhumana
Sergio FERRARI
El fracaso del Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) fue contundente pero no estratégico. Si bien fue retirado en el segundo semestre de 1998 de la agenda de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), su estrategia de fondo perdura: el proyecto de las grandes transnacionales es avanzar, pasando incluso “sobre el cadáver” de los Estados y la lógica jurídica internacional, con tal de fortalecer y extender su hegemonía mundial.
Si el primer intento abortó por la movilización contestataria de amplios sectores sociales, el segundo parto está previsto a producirse en otra forma, condiciones diferentes y escenarios variables. Lo que aparece cada vez con más claridad son los reducidos tiempos políticos para este parto. La intención sería poder contar ya en el 2000 con el instrumento primogénito del capital transnacional.
En efecto, tal como anticipaba «Le Monde Diploma-ti-que» a mediados de 1999, sea entre EEUU y Europa, sea en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), se persigue el objetivo mayor de desarmar cualquier obstá-culo que pueda limitar la “fuerza del libre mercado”. Para los promotores es fundamental encontrar mecanismos que subordinen a los Estados y a los pueblos a la expan-sión de las multinacionales.
Las nuevas herramientas son el “Partenariado Económico Trasatlántico” (PET) y las iniciativas al interior de la OMC, que se han dado en llamar el “Ciclo del Milenio” (Millenium Round) y que intentan lograr que en algunas de las próximas cumbres de este organismo se abra la liberalización total del mercado.
A nivel del PET la táctica es diferente que la que se empleó anteriormente. Ahora consiste en una negocia-ción bilateral europeo-norteamericana, sobre la base de recomendaciones concretas de las grandes empresas (y su propia presión de cabildeo). Sin ningún boom mediático, esa negociación avanza “siguiendo la táctica del salami”, como señalan analistas críticos, para no alertar la opinión pública. Es decir, en una docena de sectores claves, tales como productos industriales, servicios, mercados públicos, propiedad intelectual etc., se van estableciendo «Acuerdos de Reconocimiento Mutuo» (ARM), que a pesar de su apariencia técnica tienen en realidad un claro sustrato político, y que buscan desarmar cualquier marco “proteccionista” nacional o regional.
La idea, a mediano plazo, consiste en trasladar el PET y sus acuerdos de reconocimiento mutuo al plano internacional, jugando para ello la carta de la Organización Mundial de Comercio, sus iniciativas, su aparato, su “representatividad”, sus Cumbres y resoluciones.
Pero, de la misma manera que la amplia movilización ciudadana, planetaria, abortó el AMI, nuevas señales de resistencia siguen multiplicándose en un escenario mundial donde la polarización social crecien-te favorece el descontento. Numerosas organizaciones, redes y foros han protagonizado también en el transcurso de los meses pasados, respuestas novedosas que enfrentan la globaliza-ción transnacional y tienden a multiplicarse.
Sin pretender agotar un universo rico en participación alternativa, algunas de estas iniciativas, ya se presentan como importantes opciones sectoriales.
La “Acción Mundial de los Pueblos contra el libre-cambio y la Organización Mundial del Comercio”, por ejemplo, movilizó centenares de campesinos hindúes y de países del Sur en una de las protestas más originales de los últimos tiempos. No es cotidiano presenciar la llegada a Europa de medio millar de trabajadores rurales del Sur, circulando en caravana por una decena de países del continente, abriendo el debate y entonando la movilización ciudadana contra el neo-liberalismo.
No menos intensa resultó, también, la movilización amplia en el marco de Jubileo 2000, uniendo en una reivindicación planetaria millones de firmas y participantes contra la deuda externa del Sur. Con el transcurrir de los meses se fueron fortaleciendo las posiciones de exigir el no-pago de la deuda junto con el final de los ajustes estructurales recetados por el Fondo Monetario Internacional (y las instituciones financie-ras internacionales en su conjunto). Deuda y ajuste, según esta respuesta popular masiva, son dos caras de la misma moneda , inseparables y condenables por igual.
La movilización creciente contra la Cumbre Económica anual de Davos cada vez pasa menos desapercibida. Sin olvidar el fortalecimiento creciente de ATTAC, verdadero fenómeno organizativo en Europa y una de las opciones más comprometidas con una alter-nativa planetaria diferente. Es, “la otra mundializa-ción”.
Action Mondiale des Peuples / 5 R. Samuel Constant / 1205, Geneve / Suiza / fax: 41 22 3444731 / red-red@span.ch //// Comité de Anulación de la Deuda del Tercer Mundo / cadtm@skynet.be / http://users.skynet.be/cadtm
Sergio FERRARI
Suiza - Argentina