La espiritualidad del negro en Afroamerindia

La espiritualidad del negro en Afroamerindia

David Raimundo Santos


Cuando estuve en Angola, un catequista que era miembro del Partido Comunista me dijo que en cuanto el comunismo llegó al poder envió ideólogos rusos a varias ciudades con la misión de adoctrinar a los líderes locales. El ideólogo que fue a la ciudad de aquel catequista, después de algunos años, al hacer revisión de su trabajo, dijo: «no hay forma: ustedes los africanos son irrecuperablemente religiosos».

Aquello que fue motivo de preocupacion para el ideólogo, es, para nosotros los afroamerindios, motivo de alegría y de orgullo. Entre las varias riquezas heredadas de nuestros antepasados, está la fuerte vivencia espiritual. Es una espiritualidad profundamente comunitaria, que no niega el aspecto personal. Dios es el vértice de la columna vital de esta espiritualidad. Tiene las energías de la naturaleza como instrumentos fundamentales para ritualizar este potencial espiritual.

La realidad a la que el pueblo negro fue lanzado en América Latina hizo surgir otras dos fuentes que ejercieron fuertes influencias en su espiritualidad: la «Casa Grande» y los «Palenques». La Casa Grande era la morada del propietario de esclavos negros en las plantaciones de azúcar. Los palenques («quilombos» en portugués) eran los poblados que los esclavos negros que lograban escapar construian en lugares inaccesibles para defender su libertad. Casa Grande y Palenques se convirtieron incluso en referencias y modelos de espiritualidad para el negro de América Latina. Desafortunadamente, debido al constante e ininterrumpido ataque de la ideología dominante en los países de América Latina, que es una ideología vuelta hacia el emblanquecimiento y el sometimiento de la población, es grande el número de negros/as que desarrollan dentro de sí la espiritualidad de la casa grande. Por otra parte, nos alegra ver crecer el número de negras/os que ya están vivenciando la espiritualidad de los palenques. En realidad tampoco podemos olvidar que todos/as tenemos dentro de nosotros, en grados diferentes, signos de espiritualidad del Palenque y de la Casa Grande.

Espiritualidad de Casa Grande

Es una espiritualidad que nace en la casa del señor que detenta el poder. Echa raíces y deja secuelas profundas en los oprimidos. Generalmente se manifiesta en estos actos y signos:

1. Negación de los valores y costumbres culturales del pueblo negro.

2. Lucha por la sobrevivencia individual, olvidando la comunidad.

3. Tendencia a convertirse en espía al servicio del opresor.

4. Sumisión ciega al poder.

5. Negación de la propia personalidad negra.

6. Evitación de momentos de articulación con la propia gente.

7. Asimilación acrítica de los valores culturales de los opresores.

8. Asimilación acrítica de la religión y del estilo de oración del opresor.

9. Negación de los esfuerzos de resistencia de su pueblo.

10. Comprensión de su existencia sin referencia al pasado y sin proyecto para el futuro.

11. Deseo de agradar al opresor.

12. Lectura superficial de la historia del Éxodo, desligada de su propia historia.

13. Comprensión del sufrimiento como castigo de Dios.

14. Tomar al patrón como a un señor .

15. Ver la libertad como un regalo de la Casa Grande, sin lucha por conquistarla.

16. Deseo de ser también un día «señor de la Casa Grande».

Espiritualidad de los palenques

Nace de las luchas de resistencia contra el opresor, y da a los oprimidos una fuerza poderosa que los impulsa a luchar por la justicia. Quiere servir al Pueblo, gestando la nueva comprensión de la sociedad desarrollada en los palenques. Se manifiesta en los siguientes actos y signos:

1. Apertura, acogida e intercambio con los varios orígenes culturales afros presentes en el palenque.

2. Reinterpretación, a partir de la propia cultura, de los valores considerados válidos de la cultura del opresor.

3. Reelaboración de una nueva cultura a partir del contexto plural en el que se encuentra.

4. Percepción de los signos de la presencia de Dios en el caminar de su pueblo negro.

5. Comprensión de su existencia en cuanto persona negra, como un eslabón de una gran cadena, enraizado en el pasado y comprometido con el futuro.

6. Convicción de que la espiritualidad de su pueblo es una fuerza de resistencia.

7. Rechazo de la espiritualidd excesivamente formal, occidental, de la Casa grande.

8. Lectura de la historia de su pueblo como repetición de la historia del Éxodo.

9. Percepción de que la historia de lucha del pueblo negro revela la historia de su espiritualidad.

10. Mantenimiento en el inconsciente colectivo de la indignación ética contra la perpetuación de la explotación de su pueblo negro.

11. Conciencia de que en cada época Dios asume la lucha de los pueblos que más han sufrido la injusticia, y a partir de ellos habla a todos sobre el proyecto de justicia del Reino del Padre.

12. Esforzado compromiso en el proceso de construcción del palenque-Pascua, valorando incluso las pequeñas acciones.

13. Eliminación del rencor contra el opresor y esfuerzo para liberarlo de su posición de opresor.

14. Actitud de sintonía con los dramas y luchas de los demás oprimidos.

15. Certeza de que la lucha del pueblo negro es un espacio privilegiado para la manifestación de Dios.

Conclusión

Una reciente investigación de la revista brasileña «Veja» (7.7.93, pág. 68) revela que el 83% de los negros/as brasileños no tienen una autoestima suficiente, pues no consiguen ver la belleza en su propio pueblo negro. Ahí está una de las destrucciones provocadas por la espiritualidad de la Casa Grande. Esta lleva al negro a autonegarse, y, como nos dice Jesús, «todo reino dividido contra sí mismo se desmorona». La espiritualidad del palenque intenta precisamente hacer lo contrario: liberar la persona de la situación de autonegación y de la negación de los valores de su pueblo. La espiritualidad del quilombo parte del principio de que quien se niega a sí mismo y a su pueblo está negando a Dios, pues fue El quien nos hizo diferentes. Aceptar y respetar las diferencias es condición básica de la espiritualidad del palenque. Creemos que cada cultura tiene una misión que cumplir dentro del Reino de Dios. Mientras haya culturas opresoras que dificulten el aporte integral de otras culturas, podremos decir que el Reino de Dios todavía no está plenamente en medio de nosotros.