La mujer latinoamericana en éxodo

La mujer latinoamericana en éxodo

Lucía Pedrosa de Padua


LA CASA DE ESCLAVITUD, CIUDAD ESCLAVA

Las mujeres son las más alcanzadas por la implantación de los modelos de desarrollo de orientación neoliberal en esta nuestra América Latina. Registran las mayores tasas de desempleo y subempleo, los nuevos puestos de trabajo en los sectores de menor productivi-dad y menor remuneración, los salarios más bajos. Su salud y la de sus hijos son especialmente afectadas por la disminución de los gastos sociales y del empleo público.

“Señor, si realmente me miras con buenos ojos, ven y camina en medio de nosotros; aunque sea un pueblo rebelde, perdona nuestras faltas y pecados, y recíbenos por herencia tuya” (Ex 34,9).

Mientras haya persecución sexual, prostitución infantil, pornografía, explotación y esclavitud sexual, violaciones que resultan de prejuicios sociales, como racismo, xenofobia, “limpieza” étnica, extremismo religioso y anti-religioso, tráfico internacional de mujeres y niñas en esta América Latina... el simple hecho de ser mujer continuará siendo potencialmente una esclavitud, con sabor de sangre y lucha.

“Levántate y ponte al frente de este pueblo para que vayan a tomar posesión de la tierra que juré dar a sus padres” (Dt 10,11).

Mientras haya mujeres que mueran por aborto y por causas relacionadas con la maternidad, veremos el retrato de una sociedad que reniega de sus hijos y cierra las puertas a la vida digna para todos y todas.

¿Hasta cuándo serán víctimas las niñas adoles-centes de actitudes culturales negativas y acceso discriminatorio a la educación y a la tecnología? ¿Hasta cuándo su incorporación masiva al mercado de trabajo acarreará a la mujer la “doble jornada de trabajo”? ¿Será eternamente la responsable del trabajo doméstico? ¿Y hasta cuándo continuarán las imágenes sexistas y discriminatorias de los Medios de Comunicación Social, propagando una imagen cultural negativa?

LA PROMESA

¡Despierta, mujer, y continúa! Despierten, las nuevas generaciones, y dispónganse. “Yavé se ha ligado a ti y te ha elegido... fue por el amor que te tiene” (Dt 7,7-8). “Te concederá numerosos hijos y cosechas abundantes” (Dt 7,13). En la tierra de la promesa, comerás “el pan, que no será racionado y donde nada te faltará” (Dt 8,9). ¡Continúa, lleva a cabo tu travesía!

LA TRAVESIA

En una familia diferente

Una travesía que se hace cada vez con más soledad, por la conquista de la autonomía, pero también por abandono. Por lo menos, uno de cada cinco hogares en las ciudades tiene una mujer como cabeza de familia; en el Caribe, dos de cada cinco hogares. El grupo de las madres adolescentes “cabezas de familia” es el más vulnerable: por ser “cabeza”, por ser joven y por ser pobre.

Una travesía que altera modelos culturales. Aumenta el número de divorcios y separaciones en los que las mujeres no forman nuevos acompañamientos, de solteras que no se casan y de viudas que viven de manera independiente. Aumenta en las ciudades el número de hogares encabezados por viudas.

Más preparadas

Mujer, “acuérdate del camino que Yavé, tu Dios, te hizo recorrer en el desierto por espacio de cuarenta años” (Dt 8, 2). Hay victorias en esta travesía. La década de los 90 trajo una mejoría importante en lo tocante a nuestro acceso a los diversos niveles de educación. En la educación primaria esta diferencia es mínima y en la secundaria, en especial en las áreas urbanas, es muy pequeña. En la enseñanza superior, aproximadamente 48% de los alumnos matriculados son mujeres. En las carreras habitualmente consideradas como masculinas hubo un cierto aumento del número de matrículas femeninas.

Aunque en las generaciones adultas las mujeres son las que muestran los índices mayores de analfabetismo (en las estadísticas mundiales, dos tercios de los analfabetos del mundo son mujeres), en las generaciones más jóvenes están superando en varios países los niveles alcanzados por los hombres. Sin embargo, el índice de abandono escolar es mayor entre las mujeres, especialmente en las áreas rurales.

Algunos países se comprometieron a incorporar contenidos no discriminatorios con relación a la mujer en el criterio de selección de libros didácticos. Se amplió el sistema de escuelas mixtas, cuestionando el estereotipo de la mayor inteligencia o capacidad de trabajo de los hombres.

Con mayor atención a la dimensión pública, aunque...

Hoy hay más espacios para discutir sobre políticas de género, aunque su implantación esté dificultada por los conflictos de intereses, por las diversidades culturales de cada país y por la multipli-cidad de los actores sociales y políticos envueltos.

En un camino propio, construyendo solidaridad, rompiendo resistencias

“Te ha conducido a través de este desierto grande y terrible, lleno de serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra árida donde no hay agua. Pero para ti la hizo brotar de una roca dura” (Dt 8,15).

Mujer, tu responsabilidad por la subsistencia aumentó: la maternidad adolescente no asumida por el compañero, el hecho tan común de que los hijos varones no cuiden de los adultos más viejos o de los enfermos y la necesidad de incrementar el presupuesto familiar que lo digan.

La renta de las mujeres más pobres es distribuida de una manera más equitativa entre los miembros de la familia y ella se destina, en su totalidad, al consumo de la familia.

Una elevada proporción de mujeres con alto nivel de educación participa en el mercado de trabajo generando bienes y servicios para la sociedad y renta para el grupo familiar. Que no se olviden de contribuir a una sociedad más solidaria...

En los movimientos sociales por la tierra, por la ciudadanía y por mejores condiciones de vida, allí está la mujer. En las Iglesias es mayoría, aunque su servicio no siempre es valorado, y no es raro que sea vista con sospecha si alcanza mayores responsabilidades. En las Comunidades Eclesiales de Base las mujeres consolidan espacios más igualitarios de participación.

En la distribución de las tareas domésticas, la resistencia es menor cuando se trata de dividir el cuidado de los hijos y mayor cuando se trata del trabajo doméstico, realidad que diferencia nuevas y viejas generaciones.

“De allí pasaron a Gudgoda, y de Gudgoda a Yotbata, tierra de aguas y arroyos” (Dt 10,7).

El periodismo de género mantiene su voz independiente, combatiendo la imagen negativa de la mujer como objeto sexual, rellenando un vacío de informaciones sobre sus luchas y necesidades y recreando la imagen de la mujer, lo mismo que al revelar la situación de las mujeres indígenas en Chiapas.

Seguir, avanzar, atravesar “el Jordán para tomar posesión de la tierra que Yavé les da; ustedes la tomarán y se establecerán en ella” (Dt 11,31). “Pero si olvidas a Yavé y sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, te advierto desde ahora que perecerás sin remedio” (Dt 8,19).

LA ALIANZA

“Ahora mismo quiero firmar una alianza: voy a realizar, delante de todo este pueblo, prodigios como nos los hubo jamás en ningún país y para ningún pueblo” (Ex 34,10). “Ustedes quemarán las imágenes de sus dioses” (Dt 7, 25).

Ninguna travesía se dará sin cambios en la vida cotidiana. Son compromisos permanentes, alianzas de mujer a mujer, mujer a hombre, hombre a hombre.

Que se consideren las características étnico-culturales de las mujeres indígenas con su propio idioma (quechua, aymara, q’eqchí, etc.). Que se mire delibera-damente la participación de la mujer en nuevos espacios sociales y políticos. Que la ternura, la entrega al otro, la seguridad en sí mismo, la afirmatividad y la destreza sean definitivamente recuperadas como valores humanos y no como valores atribuidos a una supuesta naturaleza femenina o masculina.

Y sobre todo que se camine con esperanza y garra, como mujeres capaces de transformar, de recrear la historia y renovar la cultura. De crear ciudadanía, respeto, realidades de poder y de discurso. De mirar críticamente la cultura creada por el otro y de sembrar un nuevo universo imaginario sobre nuestra identidad y papel social.

 

Lucía Pedrosa de Padua

NOVAMERICA, Brasil - argentina