LA VIOLENCIA NORMALIZADA EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
MARCEL MARTÍNEZ PLANAS
En una época en que la guerra es un asunto diario, es muy fácil llegar a normalizar la violencia. Por este motivo, en la sociedad contemporánea existe una gran variedad de violencias que hemos trivializado: machista, verbal, laboral, racial, sexual... Son solo algunos ejemplos de violencias presentes en nuestro día a día.
En primer lugar es preciso definir qué es exactamente la violencia normalizada. Bajo este concepto definimos un conjunto de diferentes situaciones violentas que se han incorporado a nuestra vida diaria y no las consideramos violencia "real". Por este motivo, cuando la presenciamos ni siquiera la consideramos violencia como tal y no nos sorprende en absoluto. Por lo menos esto es así para aquellas personas que no son conscientes de que aquello es realmente violencia. Si observamos con atención, la podemos contemplar en todas partes, por ejemplo en la magnificación de la violencia en películas de acción, con enormes cantidades de escenas violentas totalmente gratuitas. También está presente en los entornos laborales o incluso en una conversación casual.
En segundo lugar, es primordial comprender de donde surge toda esta violencia que hemos normalizado. La causa principal es la falta de conciencia, que se origina por diversos factores derivados del entorno en el que nos hemos formado y desarrollado, tanto en el ámbito social como cultural. Por ejemplo, la falta de educación y recursos sociales, necesarios para poder desarrollar un espíritu crítico, esencial para ser conscientes de la violencia normalizada. Además, las presiones sociales también son un detonante de esta normalización, dado que no cuestionamos las conductas de las masas con tal de no convertirnos en una minoría ajena, alejada del resto de la sociedad.
En tercer lugar, es necesario tener en cuenta cuáles pueden ser las consecuencias de la violencia normalizada para la sociedad actual. La más importante es la insensibilización hacia aquella, causada cuando estamos expuestos repetidamente a situaciones violentas que no son consideradas como tales por las masas y se acaban normalizando, entrando así en un ciclo violento que no percibimos. Además, sin darnos cuenta, todas estas situaciones pueden desembocar en una descarada discriminación de ciertas comunidades o colectivos concretos de personas.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer para evitar las consecuencias de la violencia normalizada? En primer lugar se tiene que sensibilizar aún más a la población, especialmente a los jóvenes y niños para evitar que caigan en la insensibilización. La herramienta principal para conseguir este objetivo es la educación, en la que los docentes y las familias deberían concienciar a los niños sobre conductas violentas que pasan desapercibidas en muchas situaciones cotidianas y promover modelos positivos, con el fin de evitar que la violencia perdure en las próximas generaciones. Por otro lado, los medios de comunicación y las redes sociales también deberían ser herramientas útiles para concienciar a las personas y promover esos mismos modelos positivos. Por el momento no cumplen esta función, se limitan a informar (y a veces ni eso). En cualquier caso, la violencia se ha convertido en algo habitual y en vez de limitarnos a estar informados, por ejemplo, de guerras en otros países, haciendo uso de estas herramientas informativas, quizá se podría hacer un esfuerzo para tener una visión crítica al respecto.
En conclusión, creo firmemente que se tiene que hacer todo lo posible para minimizar las situaciones de violencia normalizada para poder solucionar mayores problemas, porque pienso que es evidente que se tienen que esclarecer, en primer lugar, estos problemas básicos, que de hecho, ya son de por sí muy difíciles de resolver. Aun así, creo que con mucho esfuerzo y crítica se conseguirá concienciar a más personas y construir, poco a poco, una sociedad más respetuosa y libre de violencia.