Memoria azteca de la conquista

Memoria maya de la conquista Las tierras altas de Chiapas y Guatemala

Miguel León Portilla


 

Al revés de lo que aconteció en la región central de México, donde los españoles encontraron un estado poderoso de gran pujanza y desarrollo, en el área maya, en la que antes habían florecido extraordinarias metrópolis, sólo existían al momento de la Conquista pequeños estados o naciones divididas entre sí y hasta cierto punto en decadencia.

A fines de 1523 Pedro de Alvarado salió de la ciudad de México, enviado por Cortés, para someter a las regiones del sur, lo que es hoy el Soconusco, así como a los señoríos de los cakchikeles, los quichés, los tzutujiles y otros. Venía acompañado de trescientos españoles y numerosos indígenas, en su mayoría tlaxcaltecas. Después de pasar por Oaxaca y tras haber pacificado a las gentes del Soconusco, cruzó el Suchiate. Al tener noticia de esto los señores quichés decidieron oponerse a la conquista. Para ello reunieron a su gente en Totonicapán. El primer encuentro con los quichés tuvo lugar en las orillas del río Tilapa. El manuscrito cakchiquel Memorial de Sololá refiere que el 20 de febrero de 1524, «fueron destruidos los quichés por los hombres de Castilla». En realidad hubo varios encuentros. La última batalla se presentó en las inmediaciones de Quetzaltenango.

Los señores quichés, al conocer la derrota, se fingieron amigos de los hombres de Castilla. Los recibieron en Gumarcaaj, su capital, con intención de derrotarlos allí. Pero Alvarado, dentro ya de la ciudad, hizo prisioneros a los señores, los mandó quemar y puso fuego a la capital quiché. Todo esto ocurrió en marzo de 1524.

Marchó luego el conquistador a Iximché, llamado por los señores cakchiqueles Beleheb-Cat y Cahí-Imox. Optaron éstos por aliarse con los conquistadores. Desde Iximché envió Alvarado una embajada al señor Tepépul de los tzutujiles, indicándole que debía aceptar el dominio de los hombres de Castilla. Los tzutujiles, en vez de someterse, se prepararon a resistir. A mediados de abril de 1524 Alvarado conquistaba este Señorío situado en las márgenes del lago Atitlán.

El Adelantado regresó entonces a Iximché para preparar nuevas conquistas. Entre ellas están la del Señorío de Izcuintlán y más tarde el de Cuzcatán, en la actual República de El Salvador.

Los Anales de los Cakchi–queles refieren pormenorizadamente lo que aconteció más tarde. Alvarado había regresado a Iximché, capital de los cakchiqueles. Sus reiteradas exigencias de oro y de toda clase de tributos acabaron por colmar la paciencia de los cakchiqueles, quienes huyeron de la ciudad y se rebelaron violentamente. Acto seguido, como refieren los mismos Anales, «comenzó nuestra matanza por parte de los hombres de Castilla… La muerte nos hirió nuevamente, pero ninguno de los pueblos pagó el tributo». Casi un año más tarde, los cakchiqueles tuvieron que someterse, y el 12 de enero de 1525 tuvieron que aceptar el pago de tributos. La dominación española quedó consolidada.