Mujeres en el conflicto palestino-israelí.

Israel - Palestina
Mujeres de negro

Wilma Jung


El movimiento de las «Mujeres de Negro» surge el 9 de enero de 1988 en el fragor de la primera Intifada. Ese día, ocho mujeres israelíes salen por primera vez a la calle en Jerusalén Occidental para manifestarse contra la ocupación del territorio palestino por el ejército israelí. Estas valientes mujeres siguen el modelo de las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina. Todos los viernes, las mujeres vestidas de negro (signo de la tragedia que sufren los dos pueblos) portan una mano negra de cartón con el eslogan de "Alto a la ocupación". Las primeras concentraciones se realizaron en la Plaza de Francia, rebautizada por las mujeres plaza Hagar y se extendió a todo el país (actualmente cerca de diez plazas y rotondas) y a muchas ciudades del mundo. Las mujeres que toman conciencia del desastre engendrado por la ocupación israelí y que no quieren permanecer inactivas, se unen al movimiento. Desde hace más de catorce años, gracias a la perseverancia propia de los movimientos de mujeres y a pesar de las fluctuaciones políticas, las reacciones hostiles y a menudo machistas de la gente que pasa, y las contramanifestaciones de los grupos de extrema derecha, las Mujeres de Negro no han dejado de gritar "¡Alto a la ocupación!".

Los israelies ultraortodoxos y la extrema derecha las odian, insultan y despectivamente las llaman “las prostitutas de Arafat”. “La derecha nos odia porque traicionamos la imagen tradicional de la madre y de la mujer judia, sobre la que se cimenta la ideología sionista”, afirma Lili Traubmann, vecina del kibutz de Megido, desde el que alienta cada fin de semana la concentración de Mujeres de Negro en un cruce de carreteras situado frente a los muros de la prisión donde permanecen miles de detenidos políticos palestinos, y a poca distancia de Jenin, una de las ciudades palestinas más castigadas por las fuerzas del ejército israelí durante esta segunda Intifada.

Tras los acontecimientos de octubre de 2000, durante los cuales la policía israelí mató a trece palestinos ciudadanos de Israel, se creó la Coalición de Mujeres por una Paz Justa, que reune a una decena de movimientos de mujeres que trabajan por el fin de la ocupación. Las Mujeres de Negro forman parte de esta coalición que tiene ramificaciones y contactos en el otro lado de Jerusalén, en la zona palestina. Es lo que en medios activistas se conoce con el nombre de “Jerusalem-Link”. Es el punto de encuentro donde mujeres israelies y palestinas se dan la mano. Como un grito contra la desesperanza, las Mujeres de Negro están de pie cada semana, con sus pancartas contra Sharon, contra la ocupación de los territorios palestinos o contra los asesinatos selectivos ejecutados por los servicios de seguridad israelíes.

El movimiento Mujeres de Negro fue nominado en 2001 para el Premio Nobel de la Paz y en noviembre de ese mismo año, el Parlamento Europeo les otorgó el Premio Andrei Sajarov por su lucha en favor de la paz. Nourit Peled fue la encargada de recoger el galardón, ella es una de las cabezas más visibles del pacifismo femenino israelí, del que ha sido miembro fundadora. Los fundamentos de la lucha pacifista los aprendió de su padre, un general y parlamentario israelí que creía en un estado palestino con Jerusalén como capital compartida. También el dolor la reafirmó en su búsqueda de la paz. En 1987, una bomba que los radicales palestinos de Hamás colocaron en una cafetería de Jerusalén mató a su hija de 14 años. “A mi hija la mató también el gobierno intransigente de Benjamin Netanyahu, que se negó a negociar la paz con los palestinos”, asegura Nourit