NICINHA, UNA LÍDER VÍCTIMA DEL CONFLICTO AMBIENTAL CONTRA LA REPRESA DE JIRAU EN BRASIL
JOAN MARTÍNEZ ALIER
El asesinato de Nicinha en Brasil en 2016 representa uno de los muchos asesinatos de activistas
por la ti erra, los derechos humanos y en defensa del ambiente natural en la Amazonia de Brasil.
Este triste episodio es uno de los 4,000 archivados en el EJAtlas, el Atlas de Justi cia Ambiental (ejatlas.org). Su nombre era Nilce de Souza Magalhães y su apodo Nicinha. Murió en el 2016 por defender a pescadores y personas desplazadas por la presa de Jirau. En 2011, la comunidad de pescadores de Mutum Paraná, aguas arriba de la ciudad de Porto Velho, en el río Madeira,
junto a Abuna casi en la frontera con Bolivia, fue desplazada por la inundación de la represa hidroeléctrica de Jirau. La represa es propiedad de Energía Sustentável do Brasil (ESBR), que signifi ca "energía sostenible de Brasil". La comunidad se trasladó a un siti o bautizado como Nueva Mutum Paraná, un proyecto de vivienda para seis mil habitantes desplazados. Este proceso no funcionó bien porque muchas casas se vendieron por dinero a favor de otras personas. Ante esta precaria situación, un grupo de familias afectadas ocupó viviendas vacías en Nueva Mutum Paraná en el 2014. El vecindario, que sufría aguas estancadas y carencia de agua potable, fue sumergido por el río Madeira en el 2014 en una terrible inundación por la mala gestión de la represa. En este contexto, Nilce de Souza Magalhães se convirtió en una líder local del MAB, el movimiento brasileño de atingidos por barragenes, los afectados y desplazados por las hidroeléctricas de todo el país.
Nicinha había llegado a Porto Velho, la capital del estado de Rondônia, cincuenta años antes, una niña de una familia de seringueiros de Acre. Con dos compañeras, Lurdilane Gomes da Silva (Ludma) e Iza Cristina Bello (India), formó una comisión para defender la ocupación de viviendas por parte de los desplazado defendiendo los derechos de las familias. Algunas veces, con la ayuda de los líderes de los pescadores, también denunciaron los impactos de la represa de Jirau en la pesca en el río Madeira. Esto llevó a las agencias estatales a investigar la implementación defectuosa del programa estatal de soporte a la pesca y la manipulación oficial de los censos de peces. Nicinha desapareció el 7 de enero de 2016. Seis meses después, el 21 de junio, encontraron su cuerpo cerca del lugar en el que vivía como refugiada. Estaba ahogada en el lago formado por la represa de Jirau, con las manos y los pies atados, mantenida bajo el agua por una piedra. Tardaron otros seis meses en confirmarse oficialmente por el ADN que se trataba de su cadáver. Casi un año más tarde de su asesinato, el 22 de diciembre de 2016, MAB, otras organizaciones y la familia de Nicinha organizaron un evento político en la capilla de Santo Antônio en el río Madeira. Dom Roque, arzobispo de Porto Velho, celebró el funeral.
El juicio contra las dos personas acusadas de matar a Nicinha, Edione Pessoa da Silva y Leonardo Batista da Silva, debería haber tenido lugar el 7 de diciembre de 2016. Se aplazó a petición de la defensa para que un examen de un perito se incorporara al expediente solo un día antes del juicio. Mientras, las amenazas contra Ludma e India se intensificaron y se hizo una petición de protección al programa de Derechos Humanos. El MAB argumentó con razón que este crimen no fue un hecho aislado. En el estado de Rondônia, más de 17 personas involucradas en conflictos ambientales y luchas por la tierra murieron el mismo año 2016, y otras muchas recibieron amenazas de muerte o prisión. Se está construyendo la infraestructura del IIRSA y se preveían otras dos centrales hidroeléctricas. Aumenta la deforestación y la expansión del cultivo de soja y de la ganadería. Todos los estados amazónicos de Brasil son escenarios de numerosos asesinatos de activistas ambientales y luchadores por los derechos humanos. El de Nicinha fue uno de los más crueles.