ONGs y neoliberalismo
ONGs Y NEOLIBERALISMO
James PETRAS
Ya a principios de los 80, los sectores más lúcidos de las clases dominantes neoliberales se dieron cuenta de que sus políticas estaban polarizando a la sociedad y provocando descontento social a gran escala. Los gobernantes comenzaron a financiar y promover una estrategia paralela «desde abajo»: la promoción de organizaciones «de base» de ideología «anti-estatista» para intervenir entre las clases potencialmente conflictivas, con el fin de crear un colchón social. Estas organizaciones, dependientes financieramente de recursos neoliberales estaban directamente involucradas en competir con movimientos sociales por la lealtad de líderes locales y de comunidades activistas. Para la década de los 90, estas organizaciones descritas como no gubernamentales, sumaban miles y recibían cerca de 4.000 millones de dólares a escala mundial.
* Normalmente, los ideólogos de las ONG’s contraponen el poder «estatal» al poder «local». El poder estatal se encuentra según argumentan, distante de sus ciudadanos, es autónomo y arbitrario, y tiende a desarrollar intereses distintos u opuesto a los de la ciudadanía, mientras que el poder local es necesariamente más cercano y responde más a la gente. Esto deja fuera la relación esencial entre los poderes locales y el poder estatal ejercido por una clase dominante, explotadora, socavará iniciativas locales progresistas, mientras que ese mismo poder en manos de fuerzas progresistas puede reforzar tales iniciativas.
La contraposición de los poderes estatal y local ha sido utilizada para justificar el papel de las ONG’s como intermediario entre organizaciones locales, donantes neoliberales extranjeros (BM, Europa o Estados Unidos) y los gobiernos de libre mercado locales. Pero el efecto es establecer regímenes neoliberales mediante el corte del vínculo entre organizaciones y luchas sociales por un lado y los movimientos políticos internacionales/nacionales por el otro.
* El énfasis en la «actividad local» le sirve a los regímenes neoliberales, pues les permite a sus patrocinadores internos y externos dominar la política socio-económica macro y canalizar la mayoría de los recursos del Estado como subsidios a capitalistas exportadores e instituciones financieras.
Así, mientras los neoliberales estaban transfiriendo propiedades estatales lucrativas a los ricos privados, las ONG’s no formaban parte de la resistencia sindical. Por el contrario, estaban activas en proyectos privados locales, promocionando el discurso de la empresa privada (auto ayuda) en las comunidades locales al enfocarse en las microempresas. Mientras los ricos acumulaban bastos imperios financieros a partir de las privatizaciones, los profesionales de clase media de la ONG’s recibieron pequeñas sumas para financiar oficinas, transporte y actividades económicas a pequeña escala.
* El punto político importante es que las ONG’s despolitizaron sectores de la población, socavaron su compromiso con las y los empleados públicos y cooptaron líderes potenciales en pequeños proyectos. Las ONG’s apoyan rara vez -si acaso lo hacen- las huelgas y protestas contra los bajos salarios y recortes presupuestales.
En la práctica, lo de «no gubernamentales» se traduce en actividades contra el gasto público, liberando así el grueso de los fondos para que los neoliberales subsidien a capitalistas exportadores, mientras pequeñas cantidades gotean desde el gobierno a las ONG’s.
* Las ONG’s no pueden proporcionar programas universales y completos de largo plazo como lo puede hacer el Estado de bienestar. En su lugar proporcionan servicios muy limitados a un grupo estrecho de comunidades. Y lo más importante, no rinden cuentas de sus programas a la gente local, sino a donadores ultramarinos. En ese sentido, las ONG’s socavan la democracia al quitar de las manos de la gente local y de sus funcionarios elegidos los programas sociales, para crear dependencia de funcionarios ultramarinos, no elegidos y de funcionarios locales ungidos por ellos.
En contra de la noción de responsabilidad pública (el gobierno tiene que velar por sus ciudadanos y proveerles vida, libertad y la consecución de la felicidad, la responsabilidad política del Estado es esencial para el bienestar de sus ciudadanos), las ONG’s fomentan la idea neoliberal de la responsabilidad privada en los problemas sociales y la importancia de los recursos privados para resolver estos problemas. En efecto, imponen una doble carga a la población pobre, que continúa pagando impuesto para financiar al Estado neoliberal para servir a los ricos, pero quedándole solamente la autoexplotación privada para atender sus propias necesidades.
* Las ONG’s se centran en proyectos, no en movimientos; «movilizan» a la gente para producir en los márgenes, pero no para luchar por controlar los medios básicos de producción y riqueza; se centran en la ayuda técnica financiera de proyectos, no en las condiciones estructurales que conforman la vida cotidiana de la gente.
Las ONG’s y su equipo profesional posmarxista compiten directamente con los movimientos socio-políticos para ganar influencia entre las mujeres, la población pobre y la racialmente excluida. La ideología y práctica de las ONG’s desvía la atención de los orígenes y de las soluciones de la pobreza (mirando hacia abajo y hacia afuera).
La ayuda de ONG’s afecta a sectores pequeños de la población al generar entre comunidades competencia por recursos escasos, que generan distinciones insidiosas y rivalidades inter e intra comunitarias, socavando así la solidaridad de clase. Lo mismo ocurre entre profesionales: cada quien crea su ONG para solicitar fondos del exterior y compiten al presentar propuestas más convenientes para los donadores ultramarinos, al tiempo que afirman hablar en nombre de sus seguidores.
El efecto final es una proliferación de ONG’s que fragmenta a las comunidades pobres en agrupaciones sectoriales y subsectoriales, incapaces de ver el cuadro social más amplio que les aflige y menos capaces aún de unirse en la lucha contra el sistema.
La estructura y naturaleza de las ONG’s, con sus posturas «apolíticas» y su enfoque en la auto ayuda, despolitizan y desmovilizan a la población pobre. Las ONG’s refuerzan los procesos electorales alentadas por los partidos neoliberales y los medios masivos de comunicación. Se evita la educación política acerca de la naturaleza del imperialismo, de los fundamentos de clase del neoliberalismo, de la lucha de clases entre explotadores y explotados. En su lugar discuten sobre «los excluidos», «los sin poder», «la extrema pobreza», «la discriminación racial» o de «género», sin ir más allá de los síntomas superficiales del sistema social que produce estas condiciones.
Al incorporar a la población pobre a la economía neoliberal meramente a través de «acción voluntaria privada», las ONG’s crean un mundo político donde la apariencia de solidaridad y de acción social encubre una conformidad conservadora con la estructura de poder nacional e internacional.
* El crecimiento de las ONG’s coincide con el incremento de su financiación bajo el neoliberalismo y la profundización de la pobreza en todas partes.
El intento de formular alternativas ha sido obstaculizado de otra manera también. Muchos de los y las ex-líderes de las guerrillas, de los movimientos sociales, sindicales, y de las organizaciones populares han sido cooptados por las ONG’s. Algunos, sin duda, se han sentido atraídos por la esperanza de que esto pudiera darles accesos a las palancas del poder.
De cualquier manera, la oferta es tentadora: paga más alta (divisas), prestigio y reconocimiento de donantes del exterior, conferencias y redes en ultramar, personal de oficina y una seguridad relativa frente a la represión. En contraste, los movimientos socio-políticos ofrecen pocos beneficios materiales, pero mayor respeto e independencia y, lo más importante: libertad para desafiar al sistema eco-nómico y político.
* Las ONG’s y sus Bancos patrocinadores del exterior (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial) publican boletines resaltando las historias exitosas de microempresas y otros proyectos de auto ayuda, soslayando los altos índices de fracaso a medida que el consumo decae, importaciones baratas inundan el mercado y las tasas de interés se disparan hacia arriba, como ocurre actualmente en México.
El valor propagandístico de los éxitos microempresariales individuales es, sin embargo, importante para fomentar la ilusión de que el neoliberalismo es un fenómeno popular. La frecuencia de estallidos masivos ocurridos en regiones microempresariales sugiere que la ideología no es hegemónica y que las ONG’s no se han desplazado aún a los movimientos de clase independientes.
* Las ONG’s fomentan un nuevo tipo de dependencia y de colonialismo económico y cultural. Los proyectos son diseñados, o al menos aprobados, en base a los alineamientos y las prioridades de los centros imperiales y sus instituciones. Las evaluaciones son hechas por y para ellos. Los nuevos virreyes supervisan y aseguran conformidad en las metas, valores e ideología del donador, así como del uso apropiado de fondos. Donde suceden los «éxitos», éstos son fuertemente dependientes del apoyo exterior continuo, sin el cual se colapsarían.
De muchas maneras, las estructuras jerárquicas y las formas de transmisión de «ayuda» y de «capacitación» se asemejan a la caridad del siglo XIX y los promotores no son muy diferentes de los misioneros cristianos.
* Pero mientras que el grueso de las ONG’s es un creciente instrumento del neoliberalismo, hay una pequeña minoría que intenta desarrollar una estrategia alternativa que apoye el antiimperialismo y a una política de clases. Esta última no recibe fondos del Banco Mundial, o de agencias gubernamentales estadounidenses o europeas y apoya esfuerzos para vincular el poder local con las luchas por el poder estatal. Las ONG’s en esta minoría, conectan proyectos locales con movimientos socio-políticos nacionales: al ocupar latifundios, defender la propiedad pública y la posesión nacional contra las empresas multinacionales. Proporcionan solidaridad política a movimientos sociales involucrados en las luchas por expropiar tierras. Creen que las organizaciones locales deben luchar a nivel nacional y que los líderes nacionales deben rendir cuentas ante los activistas locales.
James PETRAS
Vea el artículo en toda su extensión en:
http://servicioskoinonia.org/relat/207.htm