Palabras del Sur
PALABRAS DEL SUR
Pedro CASALDÁLIGA
Si Tú me has amado siempre
y siempre me amarás,
¿qué menos que yo te ame?
No por ser rosa
deja de ser flor.
Mi pensamiento en el mundo,
como un colibrí en São Paulo
Hablando de la amada, el poeta venezolano Rafel Cadenas escribe: “En tu
reino todos los días se vuelven suficientes”. Con mucha más verdad, si
hablamos de Tu Reino.
Que mi palabra, Señor,
no sea más que mi vida.
Sea mi palabra yo.
La voz de los pobres se hará oir cada vez más en un mundo en el que los
que tienen la vida garantizada son 500 millones, y los excluidos más de
5000 millones.
El cardenal argentino Eduardo Pironio, verdadero patriarca de América
Latina, quería que nuestra Iglesia fuera “peregrina, pobre, pascual y
latinoamericana”.
El cristianismo le exige al mercado el límite y el servicio de la
projimidad.
Cuando el evangelio escrito
me desconcierta,
apelo a Tu Corazón.
Yo soy yo
y mi computadora.
La Trinidad es nuestro hábitat.
En guaraní la economía de reciprocidad se dice “manos abiertas
recíprocamente”.
No deshojes la rosa,
no la expliques.
En el trabajo del Reino no hay más jubilación que la esperanza.
En vez de arreglar el puente,
avisan que “hay peligro”.
Jesús no explica la cruz; la comparte.
Si no fuera para abrirlas,
sobrarían las ventanas.
En Jesús de Nazaret una voluntad humana se pone en total sintonía con la
voluntad divina.
Yo soy soledad.
Tú eres soledad.
Nosotros somos compañía.
Ya soy viejo, y todavía
me ronda, camino adentro,
la garza blanca de la Utopía.
No seas tan libre, tan libre, que sólo seas libre para ti mismo.
Cada corazón humano
es una oquedad de Dios.
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas”, dice Jesús. Lo cual se debe
entender no sólo del cielo, sino también de la tierra…
“El desprecio de la política es la venganza de los pobres” (Plínio Arruda
Júnior). Sólo que ya sabemos que la venganza nunca lleva a nada…
La verdadera religión es la alianza de dos libertades: la divina y la
humana.
Pero antes y después,
con la muerte de por medio,
mi vida siempre es mi vida.
Puede haber naufragado algún barco o algún cayuco… La Utopía, como Jesús,
sigue caminando, quizás de noche, sobre las aguas.
Lo cierto es que no hay un Dios natural y otro sobre-na-tural. Y hay un
solo orden que es natural, histórico y divino.
No te dediques a curtir problemas. Ensaya soluciones.
La verdadera Nueva Evangelización sólo puede ser la vieja evangelización
de Jesús: anunciar la buena noticia a los pobres.
Como Jesús, sus discípulos han de dedicarse a hacer pan del pan, no pan de
las piedras. Y, en última instancia, dar como pan el propio cuerpo.
Sin Jesús, el Espíritu no tiene la carne de la historia. Pero sin el
Espíritu, Jesús no tiene el futuro de la historia.
El Hijo, con su sangre,
es el vino de Dios.
El Espíritu es su óleo.
Soy todavía ayer,
voy siendo hoy,
y ya soy
lo que voy a ser.
Bastarían las paredes.
Jesús sin la Causa de Jesús, que es el Reino, sería un pasado más.
Para hacer la multiplicación de los panes hay que partir de los panes que
el Pueblo tiene.
No conocemos a Dios en sí; lo conocemos en nosotros.
Sólo la identidad puede dialogar con la alteridad.
La Resurrección hizo estallar los límites de la carne histórica de Jesús.
En la distancia espiritual del desierto puede darse una “proximidad” más
profunda.
En vez de abrirnos a la compasión, nos cerramos en la autocompasión: en la
compasión del propio ombligo. En la autocompasión gastamos las entrañas,
nos dedicamos a curtir problemas.
La verdadera religión es la alianza de dos libertades: la divina y la
humana.
Se puede y se debe evangelizar a ricos y pobres. Pero no se puede
evangélicamente optar por los pobres y por los ricos.
Hace mucho que el mundo sabe, por experiencia, que la política externa de
EEUU es perversa. Lo que cuesta entender es que una alarmante mayoría del
pueblo norteamericano siga respaldando a los sucesivos mandatarios que
ejecutan esta política.
No Tus palabras,
Tu fe.
No Tus facciones,
Tu alma.
Pero Tu historia,
Jesús.
Tu vida fiel y rebelde,
que vino a dar en la Cruz.
Pedro CASALDÁLIGA
São Félix do Araguaia, MT, BRasil