Panorama actual de las corrientes ecológicas

Panorama actual de las corrientes ecológicas

Ecología: todo un paradigma

Alirio CÁCERES


Por detrás de las palabras

Hoy en día abundan expresiones como ecosistema, ecotecnología, ecoturismo, ecodiseño, ecologismo, ecofeminismo... crisis ecológica, conciencia ecológica, huella ecológica, política ecológica, factor ecológico... ¿A qué nos referimos? El prefijo «eco» viene de la raíz griega oikos, que significa casa, hogar. Algunos lingüistas precisan que oikos no es sólo la estructura física de la vivienda, sino las relaciones que se dan al interior de la casa y constituyen la identidad de una familia. «Logos» por su parte, se refiere al estudio, tratado o argumentación sobre algo.

En 1866 Ernst Haeckel, zoólogo alemán, construyó el término ecología tomando como base oikos y logos, para referirse al «conjunto de conocimientos referentes a la economía de la naturaleza, la investigación de todas las relaciones del animal tanto con su medio inorgánico como con aquellos animales y plantas con los que se relaciona hostil o amistosamente».

Una «casa» cada vez más grande

Esa primera definición de ecología ponía el énfasis en las relaciones e interrelaciones de los animales con su entorno. Desde entonces, el -oikos de la ecología, la «casa» a la que se refiere, se ha venido ampliando, en estos tres ejes principalmente:

a) El reconocimiento y vinculación del ser humano en la red de relaciones de los organismos vivos ha llevado a comprenderlo como parte activa de la naturaleza, obligando al diálogo entre ciencias naturales y ciencias sociales.

b) El surgimiento de un pensamiento inspirado en la teoría general de los sistemas, y especialmente en el concepto de ecosistemas, para referirse a la complejidad e interconexión de los factores físicos que forman lo que llamamos el ambiente, lo que introdujo en la ecología una perspectiva de globalidad sistémica.

c) La globalización planetaria: de ser la preocupación por las relaciones en el entorno de los animales, la ecología ha pasado a ser actualmente la manera de abordar las interrelaciones de todos los seres vivientes en este -oikos azul, lleno de agua, que llamamos planeta Tierra.

Tratando de entender la crisis ecológica

Son numerosos los esfuerzos de clasificación de las corrientes. Por ejemplo, Felix Guattari (2000) plantea tres comprensiones de ecología: a) -Natural, referida a las relaciones con el medioambiente. b) -Social, referida a las relaciones en la sociedad. c) -Mental, referida a la subjetividad de la persona. Leonardo Boff agrega una más, que denomina Ecología -Integral, y que comprende las tres anteriores desde una perspectiva de religión, es decir, de religación con el Misterio, la Divinidad, la fuente de la Vida.

Roy H. May (2002) habla de ecología -convencional, ecología -mayordómica, ecología -social y ecología -profunda, e identifica al ecofeminismo y la ecoteología como tendencias emergentes. La ecología -convencional se basa en criterios tecnológicos y economicistas considerando a la naturaleza en su valor instrumental, como recurso, como fuente de capital. La ecología -mayordómica se deriva del imaginario bíblico en el que hay un Dios que delega la administración del -oikos en el ser humano. La ecología -social se fundamenta en la justicia e integra los problemas sociales, económicos y políticos a la crisis del entorno biofísico. La ecología -profunda critica los valores de la modernidad y apuesta por un biocentrismo, esto es un igualitarismo en la valoración de toda forma de vida. Por su parte, la integración de las preocupaciones ecológicas al movimiento feminista y a la teología de la liberación, derivan en el surgimiento del ecofeminismo y la ecoteología latinoamericana.

Tal diversidad de comprensiones de la Ecología, obedece al sinnúmero de explicaciones de la crisis que afronta la humanidad y todas las formas de vida en el planeta. En la medida que se identifican causas cada vez más profundas, aparecen dimensiones y rasgos de esa «nueva» Ecología. Así, a la explicación técnica y económica, le corresponde una ecología que hace énfasis en las soluciones tecnológicas. Una ecología social, se mueve más en el orden de la crítica a las estructuras sociales y el tipo de civilización. Una ecología profunda asume el tema de los valores, dando cabida a perspectivas éticas, morales, espirituales y religiosas. Se nota un tránsito de lo que se podría denominar una ecología -exterior a una ecología- interior.

De la ecología ciencia a la ecología paradigma

De esta manera es posible afirmar que la Ecología es ciencia, pero a la vez, se comprende hoy en día como paradigma, enfoque, conjunto de presupuestos filosóficos que brinda una mirada y una manera de comprender e interpretar la realidad.

En perspectiva de ciencia, la Ecología contribuye a interpretar la realidad, a responder la pregunta sobre lo que está sucediendo y explicar porqué pasa lo que pasa. Sin embargo, aun en su sentido más restringido y aplicado a las ciencias naturales, dicha interpretación de la realidad se da a través de la cuantificación y experimentación propia de las ciencias empírico – analíticas en diálogo con las ciencias sociales. En este contexto, vale recalcar que la Ecología es interpretación y que incluso en términos de estadísticas no hay una única palabra, se trata de un conocimiento en movimiento, relativo y dependiente como toda ciencia, de los acuerdos intersubjetivos.

Los profesionales expertos en Ecología prestan un gran servicio a la humanidad tratando de explicar la estructura, dinámica y funcionamiento de los ecosistemas. Otras personas y grupos hacen uso de esos datos científicos para construir nuevos conocimientos que posibiliten la sostenibilidad de la vida en el planeta. Es ahí de donde se nutren los movimientos ecologistas (más ligados a la conservación y preservación de la naturaleza) y los movimientos ambientalistas (más cercanos al debate sobre los modelos de desarrollo y sus componentes económicos, políticos y culturales).

Otra cosa es hablar de la Ecología como gran paradigma, el -Paradigma Ecológico, pues se refiere a -un enfoque para comprender la vida. En este sentido, se entiende la propuesta de Edgar Morin (2001) de -ecologizar el pensamiento, y el aporte de Gregory Bateson (1985) respecto a cultivar una -ecología de la mente.

Durante el III Foro Mundial de Teología y Liberación, «agua, tierra, teología para otro mundo posible» celebrado en Belém (Brasil, 2009), la tendencia fue la de optar por la Ecología Integral y considerarla ya no tanto como una ciencia aislada, sino como un gran paradigma para comprender las dinámicas y relaciones de la vida.

En resumen, la Ecología no se agota en el estudio de las relaciones con eso otro, no-humano, que constituye el entorno biofísico y que comúnmente se ha denominado naturaleza, sino que involucra las dinámicas culturales (sociales, económicas, políticas, religiosas), sus imaginarios subyacentes, las racionalidades que las sustentan y en general, el cúmulo de representaciones mentales que describen las cosmovisiones, las relaciones consigo mismo, con los otros, con lo otro y con Dios (o la imagen que se tenga de trascendencia y de sentido a la vida).

El Paradigma ecológico emergente, reconoce que la naturaleza es sujeto, es -alguien (Madre Tierra, Hermana Tierra, Gaia, etc.) y que los seres humanos formamos parte de ella. Además, el acercamiento creyente supera la idea de concebir lo que existe como «recurso natural» para dar cabida al valor intrínseco como Creación y por tanto, establecer el contacto con el Dios Creador. En este ámbito aparece la contribución de la- Ecoteología, un sentir-pensar-actuar sobre la relación de Dios con su Creación.

Pero tanto la ecología como la ecoteología son insuficientes para interpretar la crisis y plantear un giro que posibilite algún tipo de solución en el marco de otro mundo posible. Por esta razón, el -paradigma ecológico debe gestarse desde una Eco-Sofía, es decir, una sabiduría (-sofía) que permita conocer y comprender los ritmos del -oikos, y así, facilitar la convivencia en esta -casa. Una sabiduría de construir unidad desde la diversidad de la vida, para que la vida perdure.

Tal ecosofía conserva reductos en las tradiciones indígenas ancestrales, en las cosmovisiones orientales y se vislumbra en los estilos de vida que surgen de los grandes maestros espirituales. Por eso, la mística basada en la austeridad y la no violencia, la solidaridad y el servicio, el cuidado y la compasión, se constituye en pilar para buscar confluencias y establecer plataformas de una auténtica ética ecológica.

En síntesis: la «Ecología» expresa muchas de las búsquedas existenciales contemporáneas, se manifiesta en una gran variedad de corrientes, y se ha constituido ya hoy día en todo un nuevo paradigma. Una conciencia ecológica «radical» nos llevará a lo profundo, a las «raíces». Nos ayudará a construir una manera nueva de interrelacionarnos con el Todo.

 

Alirio CÁCERES

Bogotá, Colombia