Para un sistema económico-social alternativo

Paraun sistema económico-social alternativo

Jung Mo Sung


En nuestra lucha para superar el sistema capitalista y construir un nuevo sistema social, más justo y humano, necesitamos tener en cuenta algunas cuestiones fundamentales.

1. Los ideólogos del capitalismo insisten en que no hay otro camino fuera del capitalismo, y que «lo que hay es lo que hay», y que no puede ser de otro modo. Sólo se podría pensar en la evolución de lo que hay, no en la posibilidad de crear algo distinto. Este discurso seduce a mucha gente, porque da una falsa sensación de seguridad, de que el futuro no es tan amenazador, porque ya estaría «escrito».

Pero muchas personas se resisten a esta seducción, y luchan por el mundo que «debe ser». Porque, entre «lo que es» y «lo que debe ser», está «lo que puede ser». No siempre es posible lo que debe ser, pues puede estar más allá de los límites de lo que es históricamente factible. Somos seres capaces de vislumbrar y desear realidades que están más allá de nuestras posibilidades humanas.

Los ideólogos del capitalismo insisten en la «evolución o desarrollo de lo mismo», o sea, «de lo que hay». Los críticos que no quieren asumir la realidad humana se fijan solamente en lo que «debe ser» y acostumbran a asumir una posición sólo de crítica negativa. Los grupos que luchan no solamente por las ideas de lo que debe ser, sino para mejorar la vida concreta de las personas y de la sociedad, reconocen que entre «lo que es» y «lo que debe ser» existe lo que «puede ser», y asumen una postura de crítica constructiva, proponiendo o buscando alternativas concretas, posibles.

2. El nuevo sistema económico-social, como todo sistema, necesita resolver las cuestiones básicas de la coordinación de los innumerables trabajos y factores que constituyen un sistema social. Para que entendamos mejor el problema de la coordinación de la división social del trabajo, tomemos como ejemplo esta Agenda Latinoamericana. Estoy escribiendo este texto porque fui invitado por los coordinadores de este proyecto. La invitación me llegó por correo-e, lo que significa que ellos estaban en un lugar con computador, electricidad y conexión a la red. Esa infraestructura que permitió los contactos no es producida por el equipo de la Agenda. O sea, la producción de la Agenda es un proceso de trabajo que está inserto en un sistema mucho mayor, del cual depende y al cual alimenta.

Estoy escribiendo ahora para cumplir en el plazo señalado. Pues sé que si me atraso, todo el proceso de la elaboración de la Agenda se atrasará. Recibidas las colaboraciones de los más diversos lugares, interconectados por la red, el equipo de la Agenda tendrá que hacer la traducción, revisión, diagramación, preimpresión, impresión, distribución, divulgación... Y para ello utilizará otras redes de contactos, informaciones, infraestructura, etc.

Este ejemplo, de una parte ínfima de lo que constituye el conjunto de todos los trabajos hechos en la economía nacional y mundial, nos muestra cómo los sistemas necesitan tener sus partes interconectadas, con un flujo de materiales, informaciones y trabajos adecuado a la infraestructura, al equipamiento y a las tecnologías utilizadas, dentro de un «cronograma de tiempo» bien calculado. Un desafío fundamental para cualquier sistema social amplio y complejo es precisamente la coordinación de todo el conjunto de trabajos necesarios para reproducir la vida en el sistema.

3. Los sistemas económico-sociales, además de esa coordinación sistémica, necesitan producir por lo menos el mínimo de bienes necesarios para su reproducción. O sea, la coordinación necesita ser eficaz. En las sociedades pequeñas antiguas, la reunión de los «ancianos» coordinaba el proceso decidiendo qué, dónde, cuándo y quién iba a plantar, cazar, etc. Era una forma de coordinación consciente y planificada. Pero, por ejemplo, cuando no llovía en el tiempo o en la cantidad necesaria, la producción quedaba por debajo del mínimo necesario, y el pueblo pasaba hambre. De ahí surgió la necesidad de mejorar las técnicas para aumentar la producción. Aumento de tecnología significó aumento de la división del trabajo y de la complejidad del sistema, hasta llegar al nivel de la tecnología y complejidad de hoy día.

El capitalismo neoliberal propone que el libremercado sea el único instrumento de la coordinación de la economía, sin interferencia del Estado o de la Sociedad Civil. Defienden la idea de que la libre concurrencia en el mercado hace más eficiente al sistema, pues los ineficientes irán siendo eliminados. Aparte de eso, el sistema de precios de un mercado libre sería la mejor forma de indicar qué, cuánto, y para quién producir. Cuando un producto es producido más de lo que desean los consumidores, su precio caerá e indicará a los productores que debe disminuir la producción. Cuando la oferta de los productos es menor que la demanda (el deseo de compra de los que pueden pagar por la mercancía), el precio subirá y eso señalará a los productores que deben aumentar su producción. Es sabido que existen los monopolios, oligopolios y otros mecanismos que manipulan los precios. Los neoliberales también lo saben, y dicen que la solución no es intervenir, sino acabar con esos mecanismos manipuladores garantizando la libre concurrencia.

El resultado de la imposición del mercado como el principal o el único coordinador de la economía en el mundo, ha sido el aumento de la eficiencia y la producción, ha proporcionado grandes ganancias y gran concentración de la renta; además ha aumentado la exclusión social de las personas que no conseguían encontrar un lugar en ese mercado o competir con los poderes económicos.

La alternativa pensada por el socialismo de modelo soviético fue la planificación centralizada, como el mecanismo de coordinación de toda la economía. La producción y la distribución quedarían en las manos del Estado, y la economía sería dirigida por las decisiones del Estado bajo un régimen de partido único. El modelo de planificación es útil para solucionar los graves problemas sociales, en la medida en que no se produce solamente para satisfacer los deseos de los consumidores (incluso aunque sean inútiles) sino para atender a las necesidades básicas de la población. Pero, a mediano plazo, la absolutización de la planificación crea otros problemas. Para ser eficiente la planificación necesita por lo menos dos cosas: el conocimiento de todos los factores implicados, y una estabilidad de tales factores que permita la previsión de acontecimientos futuros.

El problema es que es imposible conocer razonablemente todos los factores que están implicados en los sistemas económico-sociales grandes. Por ejemplo, las variaciones en el clima que afectan a la producción, o el surgimiento de nuevas tecnologías que modifican todo el proceso productivo, son factores que ocurren, pero que no pueden ser anticipados por planificaciones de mediano o largo plazo. Cuando la planificación es absolutizada, y con ello no se da libertad a los agentes económicos (como empresas privadas o estatales, profesionales liberales, trabajadores, etc.) para adaptarse a las nuevas condiciones (lo que sí ocurre en el capitalismo) el sistema se vuelve ineficiente y la producción puede caer por debajo del mínimo necesario para la supervivencia de la población y del propio sistema económico.

Por lo demás, el ser humano es un ser de deseos y de necesidades. La producción para la satisfacción de las «necesidades» –que son más estables, aunque no inmutables- puede ser planificada de modo centralizado por el Estado, pero los «deseos» no son estables, y por tanto no son previsibles, y una economía basada sólo en la planificación no es capaz de satisfacer los deseos de la población. Lo cual genera un alto grado de insatisfacción. En nuestra lucha contra el capitalismo, no podemos olvidarnos de que somos seres de deseos, y que entre esos deseos está también el deseo de libertad y de una vida mejor.

4. El proyecto de una nueva sociedad no puede reproducir la obsesión neoliberal de absolutizar los mecanismos del mercado y hacerse hipersensible contra todo lo que tiene que ver con el mercado. Hoy es imposible que un sistema económico amplio y complejo como la economía mundial funcione de modo eficaz sin un mínimo de competencia entre las relaciones mercantiles, sin la libertad en la toma de decisiones por parte de los agentes económicos o sin sentido de innovación tecnológica. Pero la absolutización del mercado (la idolatría del mercado) también conduce a la destrucción del medio ambiente y de las relaciones sociales. Es necesario encontrar una relación adecuada (siempre en tensión) entre: a) el mercado (con los diversos tipos de empresas y propiedades, trabajadores y consumidores); b) el Estado, con su papel de regulación del mercado y con sus metas sociales; c) la Sociedad Civil, como el espacio en el que se lucha para crear y hacer sostenible una cultura en la que el derecho de todas las personas a una vida digna y feliz sea el fundamento de los valores de la sociedad.

 

Jung Mo Sung

São Paulo, SP, Brasil