Por la libertad: psicología de la liberación
Por la libertad: psicología de la liberación
Ignacio Dobles Oropeza
«Psicología de la liberación», más que remitir a un área particular de la psicología, o a una especialización más, apunta a un horizonte ético-político que tiene que dirimirse en la articulación de los y las profesionales con las aspiraciones y luchas populares en sus propios contextos. Diferentes vertientes de la psicología han apuntado, de una u otra manera, a la idea de la autonomía, a la libertad del individuo frente a sus circunstancias. La versión más trivial de esta tendencia la encontramos en los manuales de auto-ayuda. En el caso de la Psicología de la Liberación, se trata de trascender el marco individualista que suele marcar a la disciplina psicológica, y procurar auspiciar la búsqueda de la potenciación y la autonomía de grupos y colectivos y de la sociedad. Es decir, la idea de una «liberación» que implique la responsabilidad social y la convivencia, que implique reconocer la idea expresada por Franz Hinkelammert de que «el asesinato del otro es suicidio», y, mucho más que eso: que reconozca la potencialidad y la afirmación de la convivencia productiva y del trabajo con las personas que son negadas por sistemas que producen estructuralmente opresión e injusticia, en la línea de una «Ética de la Liberación» como la que ha sido propuesta en nuestro continente por Enrique Dussel.
Referencia clave para esta perspectiva ha sido Ignacio Martín-Baró, figura destacada del equipo de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, la UCA, de San Salvador. Este psicólogo social y sacerdote jesuita, profundamente comprometido con el pueblo salvadoreño y latinoamericano, desarrolló en los años setenta y ochenta del siglo pasado una fecunda labor teórica y metodológica, influenciada significativamente por Paulo Freire y Orlando Fals Borda. Actuando en el campo de la psicología, la docencia y la investigación, procuró que el saber producido tuviese incidencia en la realidad social de su pueblo y de todo el continente, y, significativamente, contribuyó a articular a colegas de otros países comprometidos con la justicia y el cambio social. Fue asesinado, junto con sus compañeros de la UCA, en noviembre del año 1989, por un escuadrón elite del ejército salvadoreño. Dejó, además de su ejemplo y compromiso, numerosos escritos, destacándose sus dos libros principales: Acción e Ideología: Psicología Social desde Centroamérica, (Editorial UCA 1983), y Sistema, Grupo y poder. Psicología Social desde Centroamérica II (id. 1989). Dice mucho de estos escritos el que, aun con el tiempo transcurrido, aborden con rigor, profundidad y un espíritu radical de búsqueda de justicia, temas que suelen ser ignorados por la literatura académica y científica. Creó, en un contexto de guerra generalizada, el Instituto Universitario de Opinión Publica de la UCA, ejemplo del claro propósito de poner el saber y la investigación académica en función de las aspiraciones sociales de las mayorías.
Su llamado a desarrollar una Psicología de la Liberación fue efectuado en una conferencia efectuada en la Universidad de Puerto Rico en el año 1986, y ha tenido, hasta el día de hoy, un significativo eco en la sensibilidad de muchos estudiantes, profesionales, y activistas sociales a lo largo de todo el continente americano y más allá de él. También ha dado lugar a varios esfuerzos de articulación.
En noviembre de 2012, en Bogotá, por ejemplo, se llevó a cabo con gran éxito el XIº Congreso Internacional de Psicología Social de la Liberación (www.catedralibremartinbaro.org/html/congreso/convocatoria.html). Anteriormente, se habían efectuado otros congresos en Guadalajara, Cuernavaca, San Salvador, Ciudad de Guatemala, Campinas (SP, Brasil), Santiago de Chile, Caracas, Liberia (Costa Rica), México D.F. y San Cristóbal de las Casas. En algunos países, como Colombia, Ecuador y Costa Rica, se han organizado colectivos de Psicología de la Liberación. La página del colectivo costarricense es www.psicologialiberacioncr.org. Durante cuatro años se sostuvo, también, la revista electrónica «Liber-acción». Mucha energía compartida se ha cobijado en esta articulación de sensibilidades.
Hoy en día, podemos encontrar, en la literatura profesional, textos escritos desde la óptica de Psicología de la Liberación, desde miradas diversas y en varios países. Algunos de los autores que han escrito han sido: Nancy Caro Hollander, Tod Sloan y Brinton Lykes, de EEUU; Edgar Barrero y Claudia Girón, de Colombia; Cecilia Santiago, Bernardo Jiménez, Joel Vásquez y Jorge Mario Flores, de México; Dolores Miranda y Ramón Soto, de Puerto Rico; Maritza Montero de Venezuela; Amalio Blanco, de España; Ignacio Dobles, Marisol Fournier, Daniel Fernández y Teresita Cordero, de Costa Rica; Eduardo Viera de Uruguay; Soraya Ansara, Fernando Lacerda y Raquel Guzzo de Brasil; Mark Burton, del Reino Unido; Mariano González, de Guatemala. La lista, por supuesto, no es exhaustiva.
El llamado hecho en 1986, articulado con movimientos sociales y culturales de resistencia y afirmación popular, e inspirado en una valoración crítica de una disciplina que tendía mayoritariamente a mantenerse al margen de las necesidades y aspiraciones de las mayorías, invitaba a elaborar una nueva epistemología que rompiera con el positivismo, el individualismo y la concepción de una sociedad sin contradicciones y conflictos, para enfocarse en los problemas reales de las mayorías de nuestros pueblos, no en los problemas cuya consideración se imponía desde los centros hegemónicos del saber. También interpelaba a no dejarse distraer por un cientificismo de «torre de marfil», una búsqueda de status y privilegios económicos, y, sobre todo, apelaba a desarrollar una nueva praxis con las víctimas de los sistemas opresivos. ¿Sigue vigente hoy en día? La continuidad la marca la persistencia de muchos de los problemas señalados, que siguen incidiendo de forma negativa en la práctica y en el saber producido en el campo de la psicología.
En los últimos años, inspirados(as) en la idea de una psicología que aborde las problemáticas de la dominación y la opresión, se han desarrollado experiencias en Colombia, Costa Rica, Brasil, México, Guatemala, Puerto Rico, Ecuador, El Salvador, Venezuela, Uruguay y otros países, en Psicología Comunitaria, en el trabajo con la memoria y las violaciones de derechos humanos, en el trabajo de género y contra la discriminación por preferencia sexual, en la articulación entre lucha ecologista y psicología, en el trabajo en salud, con migrantes, con luchas campesinas, contra la pobreza y la de-sigualdad estructural, en el trabajo sobre represión y militarización, en la articulación del trabajo en psicología con movimientos sociales y populares. En el mencionado congreso efectuado en Colombia se evidenció el vigor de la articulación del arte y psicología en contextos comunitarios, con perspectivas liberadoras.
La perspectiva ético-política defendida por este posicionamiento en la Psicología ha influido, también, en numerosos espacios de formación de futuros profesionales, y ha puesto en tensión una visión de la ética en la práctica profesional basada en el individualismo y la adaptación, o limitada al «autocuidado» del profesional en psicología. Una ética social obligaría a examinar con detenimiento los efectos de las prácticas e inserciones profesionales que trascienden lo individual, y que marcan a grupos, colectividades, comunidades, o incluso a toda la sociedad.
El horizonte esbozado por Martín-Baró, claro está, implica un reto mayor, y demandaría una necesaria y difícil construcción colectiva. Como ya he señalado, el llamado ha resonado en muchos profesionales, que trabajan en campos muy diversos, en los que están en juego los sueños y los dolores de nuestras poblaciones. Somos muchas las personas que consideramos que, ante las problemáticas, injusticias y limitaciones que viven nuestros pueblos, el horizonte de compromiso abierto sigue cobrando vigencia, así como otras articulaciones críticas, para contribuir al desarrollo humano integral y la justicia. Hay, en todo caso, un caudal de experiencias y búsquedas que, sin pretender homogeneidad ni ofrecer recetarios, puede ayudar, en diálogo activo con otras perspectivas críticas, a iluminar esfuerzos futuros que procuren mayor bienestar, libertad y justicia. Para todas las personas.
Para más información:
http://libpsy.org [con enlace a fuentes, grupos, actividades...]
en.wikipedia.org/wiki/Liberation_psychology
es.wikipedia.org/wiki/Psicologia_social_de_la_liberacion
es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Bibliografía_de_Ignacio_Martín-Baró
Contacto: en la citada página del colectivo costarricense.
Ignacio Dobles Oropeza
Colectivo Costarricense de Psicología de la Liberación, San José, Costa