Porque eligieron la Vida
A Rosa, Santiago y Emilia, Susana, Keka, Carmen, Otilia:
PORQUE ELIGIERON LA VIDA
Rosana Tissera
20 años después, mi país dijo «De Pie» en medio de tanta impunidad, de tanta injusticia, de tanta mentira organizada.
El ejemplo más claro y más puro son estas «Madres Nuestras» que en estos días nos han demostrado una vez más y quizá con más fuerza que nunca, que son de «convicciones absolutamente profundas» porque eligieron el camino de la lucha y no el de la resignación, el de la justicia y no el de la impunidad, porque eligieron la Vida y una VIDA con mayúsculas.
Han pasado 20 años desde aquel terrorífico 24 de marzo de 1976, cuando comenzó la época del terror organizado, ese «terrorismo de Estado» que se instalaría en la mayoría de los países latinoamericanos. El golpe asestado desde el poder caía sobre nosotros sumergiéndonos en el silencio y el horror. Un terrorismo que se encargaría de apagar vidas, sueños y libertades a cualquier precio; lo importante era silenciarlos.
Debimos soportar aterrados, acorralados y desolados, la más terrible inquisición de nuestra historia. Por todo esto, y con todo lo que sabemos, es que no pudimos aliarnos al silencio y al olvido, que nos hubiera convertido en cómplices, opositores a la búsqueda de la Verdad.
Desde el «poder democrático» se ha procurado cubrir con un manto de silencio y de olvido todo lo ocurrido. Pero con ellas no pudieron: las Madres de Plaza de Mayo y todas las Madres decidieron que en cada rincón de Argentina se mantuviera viva esta memoria -desde hace veinte años- y se juzgara con ese gesto a los poderosos que sabiendo callaron.
Allá por 1976, en medio del silencio y del horror, un primer grupo integrado casi en su totalidad por mujeres-Madres, al que luego se le sumarían Padres, y Abuelas, comenzó a indagar sobre el destino de sus seres queridos (hoy Desaparecidos). Este fue el hilo conductor que poco a poco las fue uniendo y fortaleciendo en el dolor y la esperanza.
Y no fue fácil caminar en medio de la resistencia y la indiferencia. El gobierno militar las reprimió una y otra vez. La Iglesia, en lugar de cumplir con su misión profética de denuncia, calló. Los gobiernos democráticos de Alfonsín y Menem asumieron también actitudes de repudio, que culminaron con la actitud más cobarde: la promulgación de las leyes de «Punto Final», «Obediencia Debida» y los «Indultos».
Pero todo esto no impidió que, como hace 20 años, cuando no les quedó otro camino que salir a las calles, para enfrentar al silencio cobarde y la muerte con una tremenda esperanza de vida, armadas sólo con su dolor y su verdad, continúen hoy saliendo a la calle a luchar, porque les duele la impunidad y la mentira.
Cada marcha que realizan es un grito silencioso impregnado de luchas, de vidas que luchan por la VIDA, de ideales sembrados con amor, imposibles de apagar. Hace apenas unos días, todo el pueblo argentino se convirtió en el testigo indiscutible de estos Padres, Madres, Abuelos, e Hijos que «con su vida» dieron muestra de que 20 años después no han claudicado.
Los 30.000 desaparecidos «estuvieron presentes» en el pueblo que decidió acompañarlos y en el grito profundo que desde sus entrañas dijo: ¡NUNCA MAS! Por ello, no más silencios, ni omisiones; no más oprimidos ni amnésicos; con memoria histórica pasada y presente, por un futuro en el que se pueda denunciar sin miedo.
Dependerá de nosotros decir «no» al olvido y levantar las banderas de la verdad y la justicia, banderas que en Mayo de 1810 nos convirtieron en un país rebelde y orgulloso.
Que cada año seamos más los que concurramos a la plaza, sin miedos ni tabúes, con el coraje admirable de estas mujeres que no bajaron los brazos a pesar de los embates de los poderosos.
Rosana Tissera
Córdoba, Argentina