Practicar el Diálogo interreligioso
Para una práctica del diálogo interreligioso y de la lucha por la paz
a) Para una actitud de pluralismo religioso
-Vivir el diálogo religioso en primer lugar dentro de mí mismo personalmente, y dentro de mi propia comunidad, como una actitud de querer escuchar y aprender de otras religiones, estar abierto a conocerlas, deponer toda actitud de dogmatismo a priori, acoger críticamente las quejas contra nuestra religión, reconocer sus límites y sus pecados, y aceptar la posibilidad de una revisión de mis esquemas “tradicionales”. Practicar pues un diálogo religioso dentro de mí mismo, de nuestra comunidad, “intra-diálogo” (Panikkar).
-Estudiar en mi comunidad (comunidad de base, círculo de estudio, parroquia, congregación…) el tema del pluralismo religioso. Organizar un cursillo, taller, ciclo de reuniones de estudio… o incluso una serie de charlas públicas. Estudiar el macroecumenismo y el diálogo religioso. Revisar la bibliografía sobre diálogo y pluralismo religioso que ofrece esta Agenda y ver cuál de esos libros podemos leer/estudiar.
-Ser capaz de orar en un templo de otra confesión, de rezar una oración de otra religión.
-Elegir una religión (grande o pequeña) que me es desconocida, y dedicar mi lectura particular, durante unos meses, a conocerla intelectual y cordialmente. Contactar personas de esa religión, entablar una relación de diálogo o de trabajo (alguna actividad conjunta) y cultivar su amistad.
-Cultivar una actitud de respeto y veneración hacia las demás religiones. No pensarlas ya nunca como espacios “vacíos de salvación”. Eliminar de nuestro diccionario existencial palabras y conceptos como “paganismo”, “religiones naturales”… Hacer un esfuerzo por erradicar de nosotros (incluso en nuestra oración personal y en la oración litúrgica) toda forma de hablar que ignore la existencia de otras religiones, otras formas de ver a Dios, otras expresiones del sentido de la existencia humana… Entrar decididamente a sentirse miembro de una comunidad humana universal, abierta, que tiene en cuenta el pluralismo religioso y lo valora positivamente, que busca la comunión de todos los seres humanos con Dios pero sin destruir todos esos caminos por los que Dios y los humanos se han comunicado a lo largo de milenios.
-Contemplar a Dios, cada vez más como “el Dios de todos los nombres”, el Dios que ha salido al encuentro de todos los pueblos y que se encuentra con todos los humanos a través de las religiones de los pueblos.
-Convertirme al Amor y al Dios Padre-Madre universal, asumiendo mi identidad de hijo/a de Dios y hermano/a de todos mis hermanos y hermanas humanos, antes y por encima de toda identidad de mi pertenencia a una religión concreta.
-Entender mi Misión (cristiana o de cualquier otra religión) como servicio la Utopía del proyecto de Dios, lo que los cristianos llaman/llamamos “Reinado de Dios”.
-Valorar positivamente todas las religiones. Aceptar sinceramente su multiplicidad, no como un lamentable “pluralismo de hecho”, sino como un pluralismo positivamente querido por Dios, “pluralismo de derecho”, de derecho divino.
-Estar convencido de que todas las religiones son “verdaderas”, tienen su Verdad, son caminos por los que Dios sale al encuentro; y de que son también todas humanas, y por eso limitadas y relativas, incompletas y con pecados históricos que las condicionan.
-Renunciar a todo afán de proselitismo. Querer que los hindúes sean buenos hindúes, los musulmanes buenos musulmanes, los cristianos buenos cristianos… y que todo hombre y mujer sea santo en el camino religioso por el que Dios le ha salido al encuentro. Respetar profundamente a los que con sinceridad dicen que no encuentran a Dios.
b) Para una práctica del diálogo religioso
-Hacer un elenco de las presencias de otras comunidades religiosas que se dan en nuestro entorno barrial, en la ciudad, en las ciudades cercanas.
-Hacer que mi comunidad tome la iniciativa de ”salir al encuentro” e ir a visitar alguna comunidad o institución de otra religión.
-Entrar de vez en cuando en algún templo de otra religión, y participar en alguna de sus celebraciones.
-Reconocer en la práctica que hay otros Libros Sagrados: conocerlos, leerlos, acogerlos, meditarlos, utilizarlos también en nuestras celebraciones…
-En los primeros días de enero visitar a las demás ramas de la familia cristiana y tratar de celebrar conjuntamente la “semana de la unidad de los cristianos”.
-Establecer relaciones (personales, grupales, comunitarias) con personas, grupos, comunidades, entidades… de otras religiones. Esforzarse por que estas relaciones se establezcan y sean positivas en los ambientes donde me muevo.
-Organizar desde mi comunidad de religión, una campaña de diálogo inter-religioso: proponerlo primero a las instancias y grupos competentes, programar entre todos visitas, diálogos, mesas redondas, actividades sociales de apoyo a grupos necesitados… Intentar llegar a hacer alguna vez alguna celebración inter-religiosa, que en el futuro pueda convertirse en periódica.
-Tomar los textos sobre PR de esta misma Agenda y hacer varias sesiones de estudio con ellos.
-Tomar el tema del PR como tema de estudio en mi comunidad de religión.
-Formar parte de comisiones y organismos o iniciativas ecuménicas, multirreligiosas, y ser en ellas decidido partidario del diálogo y de la aceptación del pluralismo. Conectar con las iniciativas internacionales de diálogo y cooperación interreligiosa (ver tales iniciativas en esta misma Agenda).
-Hacer que se asuma el tema en el grupo líder de la comunidad humana en que me muevo (barrio, centro de estudio, asociación o movimiento, comunidad cristiana, parroquia, congregación evangélica, comunidad educativa, círculo de amigos…) e incentivar que se programen acciones a este respecto.
-Estar suscrito individual o colectivamente a alguna revista que toque el tema del diálogo y del pluralismo, en el nivel o enfoque que mejor se nos adecue.
-Practicar la “inreligionación”: acercarse seriamente a la experiencia religiosa de otras religiones, tratar de propiciar en nosotros mismos un conocimiento experiencial profundo de otra religión, principalmente la que esté más cercana en el ambiente en el que nos movemos, o bien de las grandes religiones de Asia.
-Entablar lo que se llama un “diálogo de vida” entre comunidades de distinta religión: diálogo que consiste en la realización conjunta de acciones de defensa de la vida, de mejora de la calidad de vida en el barrio, de atención a los más necesitados de nuestra comunidad humana sin distinción de religión…
c) Para una práctica de lucha por la Paz
-Hacer habitualmente en nuestra comunidad o grupo humano análisis de coyuntura de la situación mundial, continental y nacional.
-Reflexionar sobre la nueva coyuntura mundial en la que, a las agravadas injusticias tradicionales se añade ahora una nueva conciencia de las tensiones culturales y religiosas.
-Conectar con asociaciones que tienen preocupaciones pacifistas en nuestra ciudad o región.
-Participar en campañas y asociarse a instituciones contra la tortura, por la defensa de los derechos humanos, por la defensa de la naturaleza, por el establecimiento del Tribunal Penal Internacional, por la firma y puesta en marcha del protocolo de Kioto…
-Organizar en mi comunidad, grupo, barrio… una semana de reflexión-acción por la Paz
-Ser decidida y explícitamente antiimperialista, y militar a favor de la democratización del mundo con una actitud siempre en defensa de los que son excluidos, marginados o sometidos a cualquier forma de injusticia.
-No desligar el tema del diálogo religioso del tema de la paz y de la justicia, y poner la opción por el Dios de los pobres como la brújula de nuestra posición en el diálogo.