Robots que son médicos, banqueros y psicólogos

 

también ocuparán puestos de trabajo muy cualificados

Daniel J. Ollero @danieljollero, Nueva York

 

Robots no sólo para trabajos rutinarios

Comúnmente se ha supuesto que los trabajadores no cualificados serán los que más sufrirán cuando los robots se integren a la fuerza de trabajo. Y siempre se ha dado la misma solución: estudiar una carrera universitaria o aprender un oficio, para que un robot no nos pueda quitar el trabajo. Pero estudiar ya no es una garantía. Médicos, psicólogos expertos en recursos humanos, banqueros expertos en hipotecas, asesores financieros, expertos en atención al cliente para aseguradoras y personal administrativo... son sólo algunos de los trabajos para los que los humanos ahora cuentan también con competidores robots.

IPsoft, una de las mayores empresas de automatización e inteligencia artificial del mundo, ha creado su propio portal de empleo, una especie de Infojobs, con más de 670 perfiles de trabajadores virtuales, que cubre campos como la banca, la salud, los seguros, el sector financiero e incluso, los recursos humanos.

«Se trata de una tienda virtual en la que tienes distintos perfiles a tu disposición. Si, por ejemplo, una compañía de seguros está buscando un especialista en hipotecas, sólo tiene que entrar en la web, buscar el perfil que necesita y, como ocurre con las referencias de los trabajadores humanos, puede conocer también las referencias, la puntuación que otras empresas y clientes han dado a ese trabajador virtual, a ese robot», explica a PIXEL el CEO de IPsoft, Chetan Dube.

Una vez han selecciondo en la página el perfil que necesitan, las empresas pueden incluso entrevistar al trabajador virtual. «Pueden preguntarle por un caso práctico, para ver cómo respondería en un entorno real y, si les gusta, contratarle es tan sencillo como ‘descargarlo’ a la red de la empresa».

Estos robots son unos trabajadores que ya son realidad en siete de los diez principales bancos del mundo, y en grandes empresas españolas como Telefónica y Bankia, en distintas áreas de su negocio.

Por ejemplo, Telefónica ya lo está implementando en Perú en su servicio de resolución de incidencias (a través de voz y de una app), y en enero de 2020 estará disponible en España. “Según nuestras previsiones, durante los próximos dos años sustituirán a un 30% de sus teleoperadores”, asegura a PIXEL Gonzalo Gomez Cid, Director Global de los centros de atención al cliente de Telefónica.

Ventajas de los robots

Los trabajadores reclaman subidas salariales, días de vacaciones y facilidades para conciliar su vida laboral y familiar. También se ponen enfermos, quedan embarazadas, tienen hijos, o sufren accidentes en el puesto de trabajo. Son humanos y, al fin y al cabo, les gusta levantarse a tomar un café, a estirar las piernas o, simplemente, tienen un mal día y no son todo lo productivos que debieran ese día. Además, el empresario debe pagarles un salario en base a los convenios colectivos.

Por el contrario, estos trabajadores virtuales no necesitan descansar, ni estirar las piernas, ni irse a por una botella de agua. No se ponen malos, ni piden vacaciones, y desconocen lo que es «conciliar» trabajo y familia, porque trabajan 24/7: las 24 horas, los siete días de la semana. Sin pausas.

Más aún, las empresas cuentan con un incentivo importante: «Nuestros empleados digitales sólo cobran por el trabajo que han logrado realizar de manera exitosa. Si no, no cobramos», explica Dube. «Por ejemplo, en un departamento de reclamaciones, prosigue, nuestros empleados digitales sólo cobrarán por las reclamaciones que hayan tramitado con éxito».

«Es posible que un trabajador humano no realice las tareas todo lo bien que su empleador esperaba. Nuestros trabajadores digitales sólo cobran a partir del valor que han creado para la empresa que les paga, y el riesgo de la contratación desaparece para los empleadores», comenta.

El trabajo a base de sólo humanos, ¿obsoleto? La obsolescencia es un concepto que tradicionalmente se ha identificado con las máquinas... sin embargo, la revolución industrial que está provocando la automatización y la inteligencia artificial está invirtiendo el ciclo natural y hace que sean los humanos quienes se quedan obsoletos para los distintos trabajos.

«A las personas hay que enseñarles para que puedan hacer bien cualquier trabajo, pero la inteligencia artificial aprende más rápido, y sigue aprendiendo, y cada día se vuelve mejor», explica Dube.

«Por ejemplo, una maquina podría perfectamente realizar las distintas labores del departamento de recursos humanos de una empresa, incluso las contrataciones».

Una situación ante la que surge una pregunta: ¿Qué hacer con los humanos que trabajan en todos estos sectores en los que los robots ya están comenzando a ocupar puestos de trabajo?

«En la parte rutinaria y administrativa los robots se han vuelto muy buenos, sofisticados incluso, y la idea es que los humanos se centren en realizar trabajos más creativos».

Distribución de la creación de riqueza Dube, apuesta por una redistribución de la riqueza generada por la inteligencia artificial como solución al problema que plantea la irrupción de robots al mercado laboral.

«Los estudios estiman que las empresas que incorporen inteligencia artificial aumentarán sus beneficios en un 35% y su productividad en un 40%, y la pregunta es si la creación de esta riqueza la deberían disfrutar unas pocas multinacionales o toda la ciudadanía», reflexiona.

Para ello, como receta para paliar los efectos colaterales de su propia creación, Dube, apuesta por implementar una «renta básica», y se muestra favorable a que los robots «paguen impuestos», en la misma línea que ya se han pronunciado Bill Gates o Alexandría Ocasio-Cortez.

«Sin embargo –concluye– este plus de riqueza generado por la inteligencia artificial, lo debería redistribuir un algoritmo en lugar de un político; sólo así nos aseguraríamos de que se haga bien»...