Salvemos del capitalismo al planeta

Salvemos del capitalismo al planeta

Evo Morales Ayma


Hermanas y hermanos: Hoy, nuestra Madre Tierra está enferma. Desde el principio del siglo XXI hemos vivido los años más calientes de los últimos mil años.El calentamiento global está provocando cambios bruscos en el clima: el retroceso de los glaciares y la disminución de los casquetes polares; el aumento del nivel del mar y la inundación de territorios costeros en cuyas cercanías vive el 60% de la población mundial; el incremento de los procesos de desertificación y la disminución de fuentes de agua dulce; una mayor frecuencia de desastres naturales que sufren las comunidades del planeta; la extinción de especies animales y vegetales; y la propagación de enfermedades en zonas que antes estaban libres de las mismas. Una de las consecuencias más trágicas del cambio climático es que algunas naciones y territorios están condenadas a desaparecer por la elevación del nivel del mar.

Todo empezó con la revolución industrial de 1750 que dio inicio al sistema capitalista. En dos siglos y medio, los países llamados «desarrollados» han consumido gran parte de los combustibles fósiles creados en cinco millones de siglos.

La competencia y la sed de ganancia sin límites del sistema capitalista están destrozando el planeta. Para el capitalismo no somos seres humanos sino consumidores. Para el capitalismo no existe la Madre Tierra sino las materias primas. El capitalismo es la fuente de las asimetrías y desequilibrios en el mundo. Genera lujo, ostentación y derroche para unos pocos mientras millones mueren de hambre en el mundo. En manos del capitalismo todo se convierte en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la justicia, la ética, la muerte... la vida misma. Todo, absolutamente todo, se vende y se compra en el capitalismo. Y hasta el propio cambio climático se ha convertido en un negocio.

El cambio climático coloca a la humanidad frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.

En el Protocolo de Kyoto de 1997, los países desarrollados y de economías en transición se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en un 5% por debajo de los niveles de 1990, con la implementación de diferentes instrumentos entre los cuales predominan los mecanismos de mercado. Hasta el 2006 los gases de efecto invernadero, lejos de reducirse, se han incrementado en un 9,1% en relación a 1990, evidenciándose también de esta manera el incumplimiento de los compromisos de los países desarrollados.

El planeta es mucho más importante que las bolsas de Wall Street y del mundo. Mientras EEUU y la Unión Europea destinan 4’1 billones de dólares para salvar a los banqueros de una crisis que ellos mismos provocaron a los programas para el cambio climático les destinan 313 veces menos, es decir, sólo 13.000 millones.

Los recursos para el cambio climático están mal distribuidos. Se destinan más recursos para reducir las emisiones y menos para contrarrestar los efectos del cambio climático que sufrimos todos los países. La gran mayoría de los recursos fluyen a los países que más han contaminado y no a los países que más hemos preservado el medio ambiente. El 80% de los proyectos del Mecanismo de Desarrollo Limpio se han concentrado en sólo cuatro países emergentes.

La lógica capitalista promueve la paradoja de que los sectores que más contribuyeron a deteriorar el medio ambiente son los que más se benefician de los programas vinculados al cambio climático.

Asimismo, la transferencia de tecnología y financiamiento para un desarrollo limpio y sostenible de los países del sur se ha quedado en los discursos.

Debemos dar un salto, si queremos salvar a la Madre Tierra y la Humanidad. Planteamos estas propuestas:

Atacar las causas estructurales del cambio climático

1) Mientras no cambiemos el sistema capitalista por un sistema basado en la complementariedad, la solidaridad y la armonía entre los pueblos y la naturaleza, las medidas que adoptemos serán paliativos, con un carácter limitado y precario. Lo que ha fracasado es el modelo del desarrollo ilimitado, de la industrialización sin fronteras, de la modernidad que desprecia la historia, de la acumulación creciente a costa del otro y de la naturaleza. Por eso propugnamos el Vivir Bien, en armonía con los otros y con la Madre Tierra.

2) Los países desarrollados necesitan controlar sus patrones consumistas de lujo y derroche, especialmente el consumo de combustibles fósiles. Los subsidios a estos combustibles (150-250 mil millones) deben ser eliminados. Debemos desarrollar energías alternativas como la solar, geotérmica, eólica e hidroeléctrica.

3) Los agrocombustibles no son alternativa porque anteponen la producción de alimentos para el transporte a la producción de alimentos para los humanos. Amplían la frontera agrícola destruyendo los bosques y la biodiversidad, generan monocultivos, promueven la concentración de la tierra, deterioran los suelos, agotan las fuentes de agua, alzan el precio de los alimentos y, en muchos casos, consumen más energía de la que generan.

Compromisos de reducción de emisiones

4) Cumplir estrictamente hasta el 2012 el compromiso de los países desarrollados de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en un 5% (sobre 1990).

5) Establecer nuevos compromisos mínimos de reducción para los países desarrollados, del 40% para el 2020 y del 90% para el 2050.

6) Los países en desarrollo no responsables de la contaminación histórica deben preservar el espacio necesario para un desarrollo alternativo y sostenible que no repita los errores del proceso de industrialización salvaje que nos ha llevado a la actual situación. Estos países necesitan financiamiento y tecnología.

Mecanismo Financiero Integral para la deuda ecológica

7) Los países desarrollados deben crear un Mecanismo Financiero Integral para apoyar a los demás países.

8) Ese Mecanismo debe contar por lo menos con un aporte del 1% del PIB de los países desarrollados, y con ingresos de impuestos a hidrocarburos, transacciones financieras, transporte marítimo y aéreo, y a las utilidades de las transnacionales.

9) El financiamiento que aporten los países desarrollados debe ser adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo.

10) El financiamiento tiene que ir a los planes o programa nacionales, no a proyectos de mercado.

11) El financiamiento debe priorizar a los países que menos han contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero, aquellos que preservan la naturaleza y/o que más sufren los impactos del cambio climático.

12) El Mecanismo debe estar bajo cobertura de la ONU y no del Fondo Global del Medio Ambiente (GEF) e intermediarios como el Banco Mundial o Bancos Regionales; su administración debe ser colectiva, transparente y no burocrática. Sus decisiones deben ser tomadas por todos los países miembros, en especial los países en desarrollo, y no sólo por los donantes o las burocracias.

Transferencia de tecnología a países en desarrollo

13) Las innovaciones y tecnologías relacionadas con el cambio climático deben ser de dominio público y no estar bajo un régimen privado de patentes.

14) Las innovaciones y tecnologías financiadas públicamente deben ser colocados bajo el dominio público.

15) Las patentes o derechos de propiedad intelectual no son «sagrados». El régimen de flexibilidad que existe para los derechos de propiedad intelectual ante los graves problemas a la salud pública, debe ser adaptado y ampliado sustancialmente para curar a la Madre Tierra.

16) Promover las prácticas indígenas de armonía con la naturaleza, que se han demostrado sostenibles.

Adaptación y mitigación con participación de todos

17) El mejor instrumento para enfrentar el reto del cambio climático no son los mecanismos de mercado, sino los seres humanos organizados, conscientes, movilizados y dotados de identidad.

18) La reducción de las emisiones de la deforestación debe basarse en un mecanismo de compensación directa de países desarrollados a países en desarrollo.

Una ONU del Medio Ambiente y del Cambio Climático

19) Necesitamos una Organización Mundial del Medio Ambiente y el Cambio Climático a la cual se subordinen las organizaciones comerciales y financieras.

20) Es fundamental transformar estructuralmente la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el sistema económico internacional en su conjunto, a fin de garantizar un comercio justo y complementario, un financiamiento sin condicionamientos para un desarrollo sostenible que no derroche los recursos naturales y los combustibles fósiles en los procesos de producción, comercio y transporte de productos.

La humanidad es capaz de salvar al planeta si recupera los principios de la solidaridad, la complementariedad y la armonía con la naturaleza, en contraposición al imperio de la competencia, la ganancia y el consumismo de los recursos naturales.

 

Evo Morales Ayma

Presidente de Bolivia