Segunda gran mayoría
Segunda gran mayoría
Otto MADURO
Aunque imposible dar números exactos, es ya acepta-do que los «hispanos» o «latinos» en EEUU son, en 1994, más de 24 millones de personas, es decir, más del 9% de una población estadouni-dense que sobrepasa los 250 millones. Después de los afroamericanos (cerca de 33 millones, el 13% de EEUU), los latinos constituyen la segunda gran «minoría» de un país cuya «mayoría» (cerca del 75%) es de origen europeo.
Una buena parte de la población hispana de EEUU es autóctona de ese país. No olvidemos, primero, que California, Arizona, Nuevo México, Colorado y Tejas eran Estados mexicanos hasta 1848. Allí continúan viviendo decenas de miles de familias «hispanas» originarias de esos mismos territorios y cuyos ancestros se remontan, a veces, a varios siglos antes de que apareciera por allí nadie que hablase inglés. Destaquemos, además, que los puertorriqueños son «hispanos» y estadounidenses, pero no son inmigrantes estric-tamente hablando, ni siquiera cuando se mudan de la isla al territorio continental de EEUU. De todos los hispa-nos de EEUU, se calcula que el 70% son nacidos allí, y sólo el 30% serían propiamente inmigrantes.
EEUU ha sido y continúa siendo un país multicultural hecho a base de inmigrantes de todo el mundo. 31 millones de residentes mayores de 5 años (14% del total) hablan hoy en su hogar uno de más de 100 idiomas diferentes del inglés. Más de 18 millones de esas personas (el 54% de quienes no hablan inglés en casa) son latinos que hablan español en su hogar -más del doble de quienes lo hablaban en 1980-.
Esta variedad étnico-cultural de EEUU. se hace más fuerte no sólo por la inmigración, sino también porque las minorías tienen tasas de natalidad superiores a las de la mayoría de origen europeo. «En 1990 -por ejemplo- había cerca de 24.8 millones de hijos de inmigrantes» en EEUU. Cerca de la mitad de éstos eran hijos de latinoamericanos. Así, los hispanos son hoy el segmento de la población estadounidense que incorpora más miembros nuevos cada año tanto a la población económicamente activa como a la población en edad escolar. Igualmente, en estos años 90, es de América Latina de donde viene anualmen-te el mayor número de inmigrantes.
La mayor parte de los latinos de EEUU. son personas de origen mexicano, incluyendo los méxico-estadounidenses originarios de Tejas, Nuevo México, Arizona, California y Colorado. Inmigrantes y nativos de origen mexicano forman más de la mitad de todos los latinos en EEUU. El resto es en buena parte de origen puerto-rriqueño (posiblemente el 12-14% del total) y, finalmente, de origen centroamericano y sudamerica-no; pero ningún otro país de origen sobrepasa todavía el porcentaje de cubanos.
La mayoría de esta pobla-ción hispana se concentra, sobre todo, en tres áreas: los antiguos estados mexicanos del suroeste mejicano, el viejo Estado español de la Florida, donde los cubanos constituyen la mayoría de los hispanos del área, y los estados de Nueva York y alrededores (donde los puertorriqueños son el primer grupo latino).
En algunos Estados (Califor-nia, Nueva York, Texas) y ciudades (Los Angeles, Miami, Nueva York) la población latina es ya políticamente decisiva. Aunque la abstención latina es más alta que la media nacional, recientemente el electorado de varias ciudades ha dado la victoria a alcaldes latinos. En 1992 el porcentaje de congre-sistas latinos -aún por abajo del 20- aumentó a cerca del 50% y Clinton nombró a algunos altos funcionarios hispanos . Los votantes latinos -a excepción de los cubanos de Florida- tienden a votar más por candidatos demócratas que republicanos (independientemente de que los candidatos sean o no de origen hispano).
En cuanto a la religión, la población latina de EEUU, por una parte, continúa siendo cierto que la mayoría de los latinos de EEUU. son bautizados en la Iglesia Católica. Es más, los únicos segmentos de la población católica de EEUU que crecen a un ritmo mayor que el de la media nacional (como lo fueron décadas pasadas los irlandeses e italia-nos) son hoy los hispanos y los filipinos. Esto significa que el crecimiento de la Iglesia Católi-ca estadouni-dense es debido hoy fundamen-talmente a la natalidad y la inmigración de católicos hispanos. Los hispanos constituyen ya el 35-40% de la población católica estadouni-den-se y algunas proyecciones estiman que en la primera década del siglo próximo más de la mitad de los católicos estadounidenses serán latinos. Hoy los católicos constituyen cerca del 20% de la población estadounidense, unos 50 millones de personas; de éstos, 18 a 20 millones son hispanos.
Sin embargo, ésta es apenas una cara de la moneda. Como en América Latina, también en EEUU crecen rápidamente otras denominaciones religiosas de inspiración cristiana: pentecos-tales, adventistas y evangélicas entre las primeras. Los latinos son, en EEUU, la primordial fuente de crecimiento -también- de las iglesias pentecostales, adventistas, evangélicas e, incluso, de varias iglesias históricas protestantes. Aunque parte de este crecimiento se nutre de inmigrantes que ya pertenecían a estas denomina-ciones, la mayor parte del mismo proviene de defecciones del catolicismo tradicional. Así, paradójicamente, el principal manantial de conversiones del catolismo estadounidense a otras iglesias cristianas se halla entre los católicos hispanos.
En estas cambiantes circuns-tancias emergen, por una parte, parroquias, iglesias, denomina-ciones, escuelas teológicas, hispanas. Por otra parte, brotan nuevas disputas, reflexiones, ideas, iniciativas y decisiones. Ya hay dos revistas de teología hispana, ambas ecuménicas: una de más vieja data y de origen protestante, Apuntes, y otra más reciente, de origen católico, The journal of Hispa-nic/Latino Theology. Ambas están informalmente ligadas a asociaciones de teólogos hispanos: la primera a La Comunidad, y la segunda a la ACHTUS (Academia de Teólo-gos Católicos Hispanos de EEUU) De ellas salieron en 1992 tres colecciones de ensayos de teología hispana: Voces, Voices from the Hispanic Church, dirigido por Justo L. González (Abingdon); Frontiers oh Hispanic Theology in the United States, dirigido por Allan Figueroa Deck (Abingdon); y We are A People, dirigido por Roberto Coizueta (Fortress).
Un fenómeno nuevo es el creciente interés, por parte de hispanos y otros, por conocer, entender y explicar la realidad de los latinos en EEUU, que ha dado origen, tanto en las ciencias sociales como en el ámbito religioso, a una oleada de estudios, encuentros, simposios, cursos, publicacio-nes y departamentos centrados en el análisis de la presencia hispana en EEUU.
Otto MADURO
Caracas - Madison