Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo

Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo


Hace 50 años se decía que vivíamos una época «de cambios profundos y acelerados». Luego se dijo que estábamos «no en una época de cambios, sino en un cambio de época»... Después de 20 años diciendo eso, es de suponer que estamos ya en esa época nueva, en un mundo nuevo. Y la pregunta es: ¿para ese mundo nuevo, vale la religión de siempre?

Tradicionalmente, las religiones han dicho que, por mucho que cambie el mundo, ellas son y serán siempre las mismas. Pero, cada vez más, hay quienes piensan lo contrario, y quienes se atreven a razonarlo y a demostrarlo. Uno de ellos está siendo John Shelby Spong, obispo ya jubilado de Newark, NJ, Estados Unidos. Ha escrito un libro titulado «Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo», con este subtítulo: Por qué la fe tradicional está muriendo y cómo una nueva fe está naciendo. Su mensaje es pues desafiante, provocador, e invita a confrontarse con él.

Las personas mayores cristianas recuerdan que por los años 60 del siglo pasado otro obispo, John A.T. Robinson publicó otro libro, «Honesto para con Dios», que suscitó un gran revuelo, porque sometió a crítica la imagen común que entonces se tenía sobre Dios. Postulaba que había que superar muchas cosas en esa imagen. Spong, que se sintió conmovido también por aquel libro best seller cuando era joven, toma ahora el testigo y propone continuar aquella reflexión. Sólo que va más allá, como corresponde al hecho de que escribe 50 años después: no es sólo que debamos corregir algunas cosas de la imagen que nos hacemos de Dios, sino que debemos superar incluso la imagen misma, debemos superar el «teísmo». Ésa es la propuesta central de Spong, y en su libro la presenta de un modo sistemático y pedagógico.

Comienza Spong confesándose cristiano creyente convencido: «Creo que Dios es real y que vivo profundamente relacionado con esa Realidad divina, y creo que mi vida está marcada de un modo decisivo por Jesús».

Sin embargo, añade a continuación, «no defino a Dios como un ser», un ser sobrenatural, que moraría por ahí fuera en algún lugar superior, con capacidad para entrar de vez en cuando en este mundo e intervenir en él «milagrosamente». «No creo en una divinidad que ayude a una nación a ganar una guerra, que intervenga en la curación de una persona amada, que permita a cierto equipo derrotar al contrincante». Esa imagen clásica de Dios como un Ser superior, Señor, todopoderoso, interventor... lo que se llama el «teísmo», está superada, dice Spong. En nuestro mundo moderno no hay ya lugar para el teísmo. Expone detalladamente casos y aspectos en los que la mentalidad moderna actual, con base científica, no puede admitir la existencia de un dios de esas características.

La tesis central de Spong es: la experiencia religiosa de la Humanidad es y ha sido en el fondo la misma. Pero la explicación, las imágenes con las que el ser humano se ha representado y explicado a sí mismo esa experiencia espiritual, han cambiado con frecuencia en la historia, y tienen que cambiar radicalmente en la actualidad, porque esa experiencia religiosa, el ser humano sólo la puede tener hoy dentro de un marco de visión pos-teísta; puede ser una experiencia fuerte de la Divinidad, pero sin creer míticamente en que hay ahí fuera un ser superior todopoderoso y milagrero. Esto ya no es posible. Por tanto, para que sea posible ser hoy religioso, hace falta recomponer todo el aparato de explicaciones que heredamos de nuestros mayores, experiencias que fueron creadas en un mundo diferente, precientífico, ingenuo, mítico... un mundo que ya no es el nuestro.

En definitiva: hay que mantener la experiencia espiritual profunda del ser humano, despojándola de todas aquellas explicaciones teístas hoy inaceptables.

Spong defiende ampliamente que el teísmo, esta explicación religiosa milenaria concreta, está agotado y está muriendo en la sociedad actual.

Inicia a continuación una búsqueda para averiguar el origen de teísmo. ¿Cómo surgió? Lo investiga dentro de la tradición cristiana, que es la suya. Hace un recorrido por los textos sagrados cristianos, los evangelios y cartas de Pablo. Descubre cómo los primeros textos que conocemos sobre Jesús no lo presentan como una encarnación de un Dios visitante venido de fuera para salvarnos, y va mostrando poco a poco cómo cada texto fue añadiendo una nueva reflexión sobre Jesús, hasta que finalmente el teísmo acabó «capturando» el cristianismo, con el resultado final que conocemos. El teísmo fue añadido a lo que Jesús originalmente fue. Si es un añadido, puede ser separado, razona Spong, y separarlo es hoy lo más razonable, ya que vivimos en un tiempo en que el teísmo está muerto, ya no podemos ser teístas, dice.

Pero, entonces, Jesús... ¿quién es? ¿Qué es? ¿Cómo explicarlo fuera del supuesto del teísmo?

Antes de intentar explicar a Jesús, es preciso situarlo en el marco adecuado, porque el contexto en que nos lo trasmitieron se revela hoy claramente inadecuado. Es necesario recomprender el núcleo básico del cristianismo, su «mito básico». ¿Cuál es? Es doble: la encarnación y la redención, dice Spong. La encarnación como la venida a la tierra de un dios exterior que se introduce en Jesús para representar el drama de un sacrificio de expiación que aplaque a Dios por un pecado primordial que cometió una primera pareja humana, y así salvar a toda la humanidad. Este núcleo central, este mito básico, necesita ser sustituido, y en primer lugar debe ser deconstruido.

Para Spong Dios no está «fuera», y no podía «venir», no hubo un tal pecado original y no había relaciones rotas que recomponer, ni era necesaria ninguna expiación redentora... lo que él explica y justifica en todo un capítulo.

El clímax de la obra de Spong es el capítulo en el que trata de comprender a «Jesús más allá de la encarnación: una divinidad no teísta». El autor recupera, re-expresa la fe en Jesús, su Señor, de una manera bellísima, reafirmando su experiencia personal, pero más allá de las categorías teístas: un «retrato nuevo» de Jesús, una visión nueva en su explicación, pero con la misma experiencia espiritual cristiana en su fondo.

Si cambia la imagen de Jesús, cambia el cristianismo, que consiste en seguir su mensaje. Spong pasa revista en los últimos capítulos a varios temas importantes que quedan profundamente modificados con la nueva visión. Uno de ellos, la misión. Todas las religiones teístas han sentido la tentación de la superioridad y del poder: ellas, y sólo ellas tienen la verdad completa, por lo que está justificado -más, «es voluntad de Dios»- que impongan a las demás su mensaje. Ello significa que deben enviar misioneros a conquistar el mundo... En la nueva visión todas estas reivindicaciones de poder y de dominio han de ser abandonadas. La misión sigue teniendo sentido, pero otro sentido, que Spong expone bellamente.

La oración también cambia de sentido: si no hay ahí afuera un ser sobrenatural poderoso que pueda meter su mano en los asuntos de la vida humana, ¿para qué sirve la oración? Spong reconoce que él sigue haciendo oración, pero que desde que superó el teísmo su oración ha cambiado 180 grados, lo explica, lo razona y lo testimonia.

Un último tema aborda en su libro: ¿cómo será la Iglesia en un cristianismo posteísta? Él la vislumbra en continuidad con la actual, pero muy diferente a la vez. Los humanos que hemos accedido a la dimensión divina por medio de Jesús seguiremos teniendo necesidad de reunirnos, de compartir, de recordar nuestra historia, de celebrar nuestros rituales, de alimentar nuestra espiritualidad... pero no de aquellas estructuras y relaciones de poder que reproducen el poder interventor y paternalista de un Dios externo teísta.

En definitiva, para Spong lo importante es optar por el futuro, mantener la experiencia espiritual permanente, y sentirnos libres frente a la tradición de explicaciones que se han hecho sobre ella, es secundaria, dispensable y mejorable.

Aunque casi desconocido en el mundo latino, Spong es un autor, un compañero cristiano, -obispo por más señas, que está diciendo una palabra fuerte, desafiante, muy razonable y muy razonada. Por eso mismo su mensaje merece ser escuchado y refle-xionado. A las personas que no frecuentan las «fronteras» del pensamiento y viven su dimensión espiritual en ambientes más bien tradicionales, las tesis de Spong pueden parecerles chocantes, o peligrosas incluso... Merece la pena informarse mejor: leerlo, reflexionar, debatir, compartir... La conclusión más probable es que todos necesitamos sacudir alguna vez nuestras convicciones religiosas, de un signo u otro, y confrontarlas con pensadores desafiantes como John Shelby Spong.

El libro concreto al que nos referimos está publicado en inglés, castellano, portugués e italiano, y es muy apto para organizar con él un grupo de estudio y debate, o incluso un curso de formación y renovación. En los Servicios Koinonía ha sido publicado un capítulo (en la RELaT) y en su sección de teología popular se ofrece algún material pedagógico para su utilización. Invitamos a todos a utilizarlo en ese sentido.

John Shelby SPONG, Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo, Abya Yala, Quito 2010, colección «Tiempo axial» nº 14.

Sobre un libro de John Shelby Spong

Obispo emérito de Newark, NJ, EEUU