Visión budista de la madre tierra

Visión Budista de la Madre Tierra

Tat Hanh


Extracto

Estoy enamorado de la madre tierra

Tienes la gran capacidad de recibir, cuidar y transformar todo; incluyendo todo tipo de suciedad, humos venenosos e inclusive residuos radioactivos. El tiempo está contigo para hacer este trabajo y lo harás aún y cuando te tome un millón de años.

La Tierra no es el medio ambiente – es Nosotros

Eres la gran Tierra, eres Terra, eres Gaia, eres este hermoso planeta azul. Eres la Refrescante Tierra Bodhisattva, fragante, fresca, amable y pura. Eres infinitamente hermosa.

LA MANIFESTACIÓN DE CADA UNO DE TUS HIJOS es hermosa y cada uno de ellos contribuye a tu belleza. Un lago claro, un pino verde, una nube rosa, la cima nevada de una montaña, un fragante bosque, una grulla blanca, un venado dorado… estas maravillosas manifestaciones de vida son todas hijas tuyas y cada una de ellas enaltece y magnifica tu belleza. Tus hijos incluyen millones de especies, cada una con un lenguaje propio. Ya que tú eres nuestra Madre, tú entiendes todos estos lenguajes, incluido el lenguaje de los humanos. Eres un planeta, Madre de todos los seres, no sólo de los humanos, es por eso que nos sentimos en paz cuando te hablamos y te ofrecemos nuestras oraciones. Todos somos hijos tuyos, y a la vez, somos tú, pues tú estás completamente presente en cada uno de nosotros.

Algunos de nosotros carecemos de un pensar correcto, consideramos este lugar en el que vivimos como algo separado de la Tierra Pura. Nos aconsejan rechazar a esta tierra y aspirar a renacer en una Tierra Pura lejana. Ellos no saben que si sus mentes son serenas y puras, llenas de amor, que si tienen la capacidad de convertir la composta en flores, de usar lodo para cosechar flores de loto, podrán ver que sus aflicciones de hecho son realizaciones y que esta misma tierra ya es la Tierra Pura. Ellos no saben que la forma en que ellos perciben, tiene mucho que ver con si esta tierra es o no la Tierra Pura. Cada manifestación física en tu cuerpo, como lo es una nube que flota o una hoja que cae, para nosotros es suficiente para ver la naturaleza de la realidad, de no-nacimiento y no-muerte, no-ser y no-dejar de ser. Entonces podemos apreciar y disfrutar la vida plenamente, sin tener miedos o preocupaciones sobre ser o no-ser, tener o no tener, incrementar o reducir, ser iguales o ser diferentes.

El Surgir de la Conciencia

Querida Madre, nuestra especie humana, gracias al regalo de la conciencia, ha sido capaz de reconocer su propia presencia y ha encontrado su verdadero lugar en ti y en el Universo. Sabemos que somos pequeños e insignificantes, sin embargo nuestras mentes son capaces de abarcar tres mil mundos. Ahora sabemos que nuestro hermoso planeta Tierra no es el centro del Universo pero aún podemos apreciar que es una de las más maravillosas manifestaciones del Universo. Hemos desarrollado la ciencia y la tecnología, descubierto la verdadera naturaleza del no-nacimiento y no-muerte, ni el ser ni el no-ser, ni incrementar ni decrecer, ni igual ni diferente. Nos damos cuenta que el uno contiene al todo, que lo más grande está en lo más pequeño, y que cada partícula de polvo contiene al Cosmos entero. Estamos aprendiendo a amarte más a ti y al Padre Sol y a amarnos los unos a los otros a la luz de dicha intuición. Sabemos que esta forma no-dualista de ver las cosas y la enseñanza del inter-ser nos ayudan a trascender la discriminación, todo temor, los celos, el odio y la desesperación. Aspiramos a transmitir esta intuición a las generaciones futuras.

Ya no somos inocentes al pensar que los humanos son los amos del Universo. Muchos de nosotros hemos ido más allá de las visiones dualistas de lo correcto y lo incorrecto, y ya no estamos perplejos ante lo que solíamos llamar la Voluntad del Cielo y la Tierra. Hemos trascendido el concepto de un creador en forma humana; ya no somos capaces de creer que Dios es un hombre anciano con barba blanca, sentado en el cielo controlando todo en la Tierra, o que hay una Diosa en una nube encontrándonos y ayudándonos cada vez que estamos en peligro. Dios, para nosotros, es la Realidad Última, la verdadera naturaleza de no-nacimiento, no-muerte, no-llegada y no-partida, de todas las manifestaciones de los fenómenos.

Interser: nuestra verdadera naturaleza

Querida Madre, cada vez que doy un paso sobre la Tierra, ahora soy capaz de trascender las nociones de mente y materia. Tu realidad sublime también trasciende las nociones de mente y materia. La materia y la mente son sólo ideas, dos caras de la misma realidad. Aquel pino no sólo es materia, ya que posee un sentido del saber. Una partícula de polvo no sólo es materia ya que cada uno de sus átomos tiene inteligencia y es una realidad viviente. Nuestra naturaleza es tu naturaleza, que es la naturaleza del Cosmos. Esta es la naturaleza del interser, ni el ser ni el no-ser, no-nacimiento no-muerte, no incremento no disminución, no materia y no mente, no dentro no fuera, no llegada no partida. Se cree que la Tierra es uno de los cuatro elementos básicos, pero la Madre Tierra también está compuesta de los otros tres elementos no-tierra: agua, aire y fuego. Los cuatro elementos llevan en sí mismos el tiempo, espacio y conciencia. Cada paso nos revela el interser de todos los elementos. La naturaleza Búdica no sólo está presente en los humanos, sino en todas las cosas.

Con la práctica de mirar profundamente, podemos ver que podemos superar todo nuestro sufrimiento y resentimiento. Poniéndonos en contacto profundamente con la Dimensión Histórica, podemos ver la Dimensión Última y así llegar a un mejor entendimiento de lo que está pasando en la Dimensión Histórica. En la Dimensión Última, no hay nacimiento, no muerte, no sufrimiento, no felicidad, no llegada, no partida, no bien, no mal. Debemos aprender a ver el mundo de signos y apariencias desde la perspectiva de la Dimensión Última. En la Dimensión Histórica, si no hay muerte, no puede haber nacimiento. Si no hay sufrimiento, no puede haber felicidad. Sin el mal, no puede haber bien; sin lodo no pueden crecer los lotos. El lodo y los lotos no son enemigos. Los lotos y el lodo dependen el uno del otro para manifestarse. Lo mismo es verdad para el sufrimiento y la felicidad, el bien y el mal. Pero como nuestro entendimiento del bien y el mal es todavía muy dualista, algunos de nosotros todavía resentimos, culpamos y reprochamos a la Tierra y al Cielo. Usamos nuestras pequeñas mentes para juzgar la gran mente de la Tierra y del Cielo.

Tocando la Dimensión Última

Porque estás dotada de Naturaleza Búdica, todos tus hijos llevan dentro de sí mismos la capacidad de despertar y vivir felizmente en el espíritu de la responsabilidad. Tus hijos han sido capaces de construir poderosos telescopios capaces de capturar muchos tipos de luz que son inaccesibles al ojo humano, tal como la luz infrarroja, la ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma. Hemos puesto estos telescopios, varios miles de kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Hemos podido observar al Cosmos en todo su esplendor. De esta manera hemos llegado a apreciar tu belleza, querida Madre, y la maravilla que somos nosotros. Nuestra conciencia es de la misma naturaleza que la conciencia del Cosmos y tu conciencia. El radiante y elegante Cosmos que vemos a través de nuestros telescopios es esta misma conciencia en sí, y no algo fuera de ella. Sabemos que cualquiera de tus hijos que practique la mirada profunda con plena conciencia y concentración, también podrá desarrollar esta Sabiduría de la Maravillosa Observación.

Querida Madre, sabemos que la Dimensión Última de la realidad es nuestra verdadera naturaleza de no-nacimiento, no-muerte, no-llegada, no-partida; si somos capaces de ponernos en contacto con ella, podemos experimentar la paz y las bendiciones de no-temor y no-ansiedad. Sabemos que la Dimensión Última de la realidad no existe separadamente de la Dimensión Histórica. Si somos capaces de tocar profundamente la Dimensión Histórica –a través de una hoja, una flor, una piedra, un rayo de luz, una montaña, un río, un pájaro o nuestro propio cuerpo– estamos tocando al mismo tiempo la Dimensión Última. La Dimensión Última no puede ser descrita como personal o impersonal, material o espiritual, objeto o sujeto de cognición: decimos solamente que siempre está brillando y dando brillo a sí misma a la vez. Tocando la Dimensión Última, nos sentimos felices y confortables, como los pájaros disfrutando del cielo azul o como los venados que disfrutan de campos verdes. Sabemos que no tenemos que buscar la Dimensión Última fuera de nosotros: está disponible dentro de nosotros, en este mismo momento. Practicando la plena conciencia, tocando la naturaleza de la interdependencia, interser, y vacío, podemos ponernos en contacto con la Dimensión Última justo aquí mismo, aquí y ahora.

 

Tich Nhat Hanh

Vietnam - Burdeos, Francia